Otras razones para comer vegetales

Reducen las inflamaciones derivadas de enfermedades asociadas a la obesidad

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Que incorporar fibras en la dieta tiene beneficios para la salud es algo que los médicos y nutricionistas saben hace tiempo. Lo que se comprobó ahora es que las fibras solubles, que se encuentran por ejemplo en las manzanas, las nueces y la avena, reducen los procesos inflamatorios que provocan las enfermedades asociadas con la obesidad y fortalecen el sistema inmunitario.

Según explica Gregory Freund, profesor de la Universidad de Illinois (EE. UU.), las fibras solubles cambian la función de la células inmunitarias, llevándolas de ser peligrosas células pro-inflamatorias a convertirse en curativas células antiinflamatorias, capaces de hacer que el cuerpo se recupere más rápido de las infecciones. Esto se debe a que las fibras solubles aumentan la producción de proteínas anti inflamatorias llamadas interleuquinas.

Las fibras alimentarias, tradicionalmente consideradas carbohidratos complejos, se dividen en dos grupos principales según sus características químicas y sus efectos en el organismo.

Las fibras insolubles tienen sustancias (celulosa, hemicelulosa, lignina y almidón resistente) que retienen poca agua y se hinchan poco. Predominan en alimentos como el salvado de trigo, los granos enteros y algunas verduras. Sus componentes son poco fermentables y resisten la acción de los microorganismos del intestino. Al ingerirse diariamente, facilitan las deposiciones y previenen el estreñimiento.

La fibras solubles, por su parte, tienen componentes (inulina, pectinas, gomas y fructooligosacáridos) que captan mucha agua y son capaces de formar geles viscosos. Son muy fermentables por los microorganismos intestinales, por lo que producen gran cantidad de gases.

También favorecen la creación de flora bacteriana que compone un tercio del volumen fecal, por lo que aumentan el volumen de las heces y disminuyen su consistencia. Predominan en las legumbres, en los cereales (avena y cebada) y en algunas frutas. Las fibra solubles, además de captar agua, son capaces de disminuir y hacer más lenta la absorción de grasas y azúcares de los alimentos, por lo que se sabe que contribuyen a regular los niveles de colesterol y de glucosa en sangre.

Los investigadores alimentaron a ratones de laboratorio con dietas bajas en grasas, que en algunos casos contenían fibras solubles y en otras insolubles. Luego de seis semanas de consumir esa dieta, los animales tuvieron respuestas muy distintas cuando los científicos les introdujeron lipopolisacáridos, sustancias que hacen que el cuerpo se comporte como si tuviera una infección bacteriana.

Dos horas después de que les habían inyectado esa sustancia, los ratones que habían comido fibras solubles tenían la mitad de síntomas de enfermedad que el grupo que había comido fibras insolubles. Además, se recuperaron un 50% más rápido.

Comer vegetales también fortalece el sistema inmunitario, sostienen los investigadores.


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