Otras tres indagatorias en el juzgado de Labate
Cumplieron el trámite Gaetani, Galera y de nuevo Maier, quien ya lo había hecho. Las diligencias se prolongaron hasta la medianoche. Es inminente la llegada de Guglielminetti.
NEUQUÉN (AN).- Tres nuevas indagatorias se cumplieron ayer en el juzgado federal de Guillermo Labate, en el tramo de la investigación de los delitos cometidos durante la dictadura en la región y que involucran a más de treinta imputados.
Los indagados fueron el ex teniente Jorge Gaetani, Jorge Galera (actuó en la comisaría de Cinco Saltos como oficial de inteligencia de la policía) y Roberto Maier, quien volvió a presentarse ante el juez.
Desde el lunes comparecieron ante Labate personal del Ejército y de inteligencia, comisarios que participaron de los operativos de secuestro o quienes oficiaban de «guardias» en el interior de los centros clandestinos.
Una de las indagatorias aún a la espera es la de Raúl Guglielminetti, que estaba detenido en Buenos Aires y al que se lo citó porque en 1976 trabajó en inteligencia del Ejército. Según constancias en la causa, dirigió las sesiones de tortura en el sótano de la delegación neuquina de la Policía Federal, antes de que se pusiera en marcha el centro clandestino «La Escuelita».
En Bahía Blanca también estaba detenido a la espera del traslado para indagatoria el teniente coronel de inteligencia Osvaldo Antonio Laurela Crippa; que cuando se produjo el golpe militar en 1976, fue interventor en Neuquén o «comisionado» por el Ejército como jefe de policía.
Desde el viernes hasta el martes, el juez federal Labate indagó a Maier, acusado de haber comandado los secuestros en Cutral Co; a Artemio Domínguez, que se hizo llamar «el abuelo» cuando estaba con los desaparecidos en los centros clandestinos «La Escuelita» tanto de Neuquén como de Bahía Blanca.
También indagó al gendarme Emilio Jorge Sacchitella; imputado por comandar secuestros en la zona de Junín y San Martín; a los comisarios rionegrinos Enerio Huircaín (en 1976 de la comisaría de Cipolletti) y Desiderio Penchulef (en 1976 de la comisaría de Cinco Saltos), imputados por el accionar conjunto con el Ejército para las detenciones ilegales que luego finalizaron en centros clandestinos.
El trámite indagatorio continuó con Serapio Barros, que era de inteligencia del Ejército y fue imputado por participar de los grupos de tareas en la zona en 1976, así como se cumplió la comparencia del comandante del batallón en en esa época, José Ricardo Luera.
Todos están detenidos en la U5 de Roca y en la delegación neuquina de la Policía Federal hasta que el juez defina su situación procesal. La mayoría de los imputados escuchó los cargos y se negó a declarar, aunque hubo dos de ellos que emitieron un descargo frente al juez.
Como están acusados de asociación ilícita, privación ilegal de la libertad y tormentos, no está prevista su excarcelación a menos que sean absueltos o se considere falta de mérito.
Estaban detenidos en Viedma y a la espera de ser trasladados los policías rionegrinos Miguel Ángel Quiñones y Antonio Camarelli; en tanto al conocer que había órdenes de detención para indagatoria se pusieron a diposición del juzgado los comisarios Julio Héctor Villalobos, Oscar Del Magro y Jorge Galera.
Todos ellos están imputados por los secuestros y detenciones ilegales que hubo en la zona de Cipolletti, Roca, Fernández Oro, Cinco Saltos y Cordero; algunas víctimas denunciaron torturas en la misma comisaría, mientras que en otros casos fueron llevados desde la comisaría cipoleña hacia el centro clandestino.
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