Otro capítulo en torno al biodiésel

Un nuevo capítulo se abrió esta semana en el tortuoso camino que durante el último semestre recorrió la producción argentina de biodiésel. La noticia es que la Comisión Europea abrirá una nueva investigación para determinar si los productores argentinos de biocombustible reciben subsidios a la producción que los colocan en una condición de ventaja desleal respecto de la producción europea. El proceso podría durar unos nueve meses, y de comprobarse que el estado argentino subsidia la producción, podrían volver a colocarse aranceles compensatorios para la entrada del combustible nacional al continente europeo.

Los antecedentes recientes no son nada prometedores. En el año 2013 la Unión Europea (UE) colocó aranceles antidumpling contra la producción argentina de biodiésel, lo que derivó en una denuncia de nuestro país ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). El proceso duró tres años, y en 2016 el organismo multilateral dio la razón a la Argentina.

Pese a ello, los envíos a la UE no se reanudaron sino hasta septiembre de 2017, justo en medio del reclamo que iniciaron los productores norteamericanos de biodiésel ante el Departamento de Comercio de EE. UU. Tras una investigación que duró cinco meses, el gobierno estadounidense confirmó en enero de este año los aranceles del 120% al combustible nacional. Para justificar el tenor de la barrera al ingreso, aduce que el estado argentino mantiene retenciones a la exportación de soja del 25%, mientras que la producción de biodiésel no paga retención alguna. Al menos así era hasta enero, cuando el gobierno estableció retenciones del 8% para la exportación del combustible. La medida no alcanzó para revertir la decisión norteamericana.

La nueva investigación en Europa, se abre a raíz de un reclamo de los productores europeos, que se hicieron eco de lo sucedido en EE. UU. Lo sorprendente es que la denuncia no va en contra del dictamen de la OMC, ya que en aquella oportunidad el reclamo se cursó contra el sector empresario, y en este caso se cursa contra el estado nacional.

Las retenciones a la exportación de soja son el centro del conflicto que atraviesa el biodiésel en su entrada al mercado internacional.