PANTALLAS

Redacción

Por Redacción

CANNES, Francia, (AFP).- Dos mujeres directoras, la paraguaya Renate Costa y la argentina Julia Solomonoff, presentaron en el Festival de Cannes sendos alegatos en favor de la tolerancia y la diversidad. En su documental “Cuchillo de palo”, la realizadora paraguaya Renate Costa indaga sobre la vida de su tío Rodolfo, que formaba parte de los “108”, lista de homosexuales elaborada a principios de los ochenta por la dictadura de Alfredo Stroessner. “Para toda mi familia ha sido muy duro. En Paraguay todavía ser homosexual es algo bastante grave. La película refleja mi indignación por lo que yo fui encontrando sobre las persecuciones durante la dictadura”, explicó Renate Costa. En la misma onda, la directora argentina Julia Solomonoff cuenta “El último verano de la Boyita” desde el punto de vista de una niña que está en linde entre la infancia y la adolescencia. El verano en el campo con el hijo de los peones, de su misma edad, le permite descubrir que el sexo puede ser más complejo que la simple declinación masculino-femenino. “En materia sexual, étnica o religiosa, tomar la diversidad como algo que enriquece es un fenómeno relativamente reciente, una evolución democrática”, piensa la directora argentina.

mujeres Latinas en el festival de Cannes


CANNES, Francia, (AFP).- Dos mujeres directoras, la paraguaya Renate Costa y la argentina Julia Solomonoff, presentaron en el Festival de Cannes sendos alegatos en favor de la tolerancia y la diversidad. En su documental “Cuchillo de palo”, la realizadora paraguaya Renate Costa indaga sobre la vida de su tío Rodolfo, que formaba parte de los “108”, lista de homosexuales elaborada a principios de los ochenta por la dictadura de Alfredo Stroessner. “Para toda mi familia ha sido muy duro. En Paraguay todavía ser homosexual es algo bastante grave. La película refleja mi indignación por lo que yo fui encontrando sobre las persecuciones durante la dictadura”, explicó Renate Costa. En la misma onda, la directora argentina Julia Solomonoff cuenta “El último verano de la Boyita” desde el punto de vista de una niña que está en linde entre la infancia y la adolescencia. El verano en el campo con el hijo de los peones, de su misma edad, le permite descubrir que el sexo puede ser más complejo que la simple declinación masculino-femenino. “En materia sexual, étnica o religiosa, tomar la diversidad como algo que enriquece es un fenómeno relativamente reciente, una evolución democrática”, piensa la directora argentina.

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