Para cerrar el año, el Valle necesita u$s 120 millones

La cifra corresponde a las labores culturales que debe enfrentar el sector en este segundo semestre del año. Hay que agregar los compromisos ante AFIP.

Crisis frutícola

Lo peor no pasó. Transcurrida la primera parte del año, con ventas tanto en el mercado externo como interno en niveles mínimos históricos, la fruticultura regional enfrenta un segundo semestre mucho más complicado de lo esperado.

Para poder responder a sus compromisos, el sector en su conjunto necesita desembolsar un piso de 120 millones de dólares en los próximos seis meses. Este valor tentativo tiene en cuenta la ejecución de las labores culturales a realizar en esta segunda parte del año sobre una existencia de alrededor de 30.000 hectáreas dentro del sistema frutícola regional.

El valor mencionado incluye la poda, el raleo, la aplicación de agroquímicos, el gasto en combustible y masa salarial del personal permanente, entre otros ítems necesarios para encarar esta etapa del año en el campo (ver infograma adjunto).

A esta cifra hay que agregar alrededor de 110 millones de pesos que vencen entre agosto y diciembre de este año por la prórroga que otorgó la AFIP sobre los aportes patronales al sector que incluía el período febrero-julio, cuyo stock se debe abonar en 36 cuotas mensuales y consecutivas a partir del mes próximo.

A su vez habría que sumar las deudas pendientes de las empresas y algunos productores medianos con el sistema financiero, las que deben ser canceladas en la última parte del año, y los miles de cheques que fueron entregados en el primer semestre con vencimiento a partir de julio del corriente.

La fruticultura regional deberá enfrentar todos estos gastos con la mira puesta en un segundo semestre muy complejo en lo que a venta de frutas se refiere.

En esta última parte del año, el mercado interno y Brasil concentran la totalidad de las colocaciones del sistema. Ambos destinos se encuentran sobreofertados y se espera que los retornos entre julio y diciembre caigan cerca del 30% en forma interanual.

Por otra parte, en el sistema existe hoy un importante descalce financiero entre las empresas, ya que muchos de los valores entregados en la primera parte del año, para ser cobrados en este último semestre, sólo podrán ser cancelados con las ventas que ocurran entre julio y diciembre. Es decir, los gastos que tradicionalmente se llevaba el primer semestre del año eran compensados con las ventas realizadas en ese mismo período, quedando el segundo para las inversiones necesarias para encarar la próxima cosecha.

En el 2015, producto de una menor venta (aumento de costos fijos en el sistema) y el retraso de la paridad cambiaria (menos retornos por kilo), los costos del primer semestre del año no fueron compensados en ese mismo período con los ingresos obtenidos y muchas empresas trasladaron sus obligaciones a esta última parte del año. Por lo tanto carecen hoy del capital de trabajo para poder enfrentar las labores culturales que exige el sistema.

Como se mencionó en el inicio de esta nota, lo peor está por venir. Será un invierno muy duro para toda la fruticultura del Valle.


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