Para expertos argentinos, no hay liderazgo que pare la acción bélica
Creen inevitable una nueva guerra en el Golfo
BUENOS AIRES (ABA) – Líder mundial capaz de frenar el ataque de Estados Unidos y sus aliados a Irak se busca». Así podría estar redactado un aviso universal tendiente a descubrir si hay alguien con la influencia necesaria como para detener las cada vez más previsibles acciones bélicas.
Desde el presidente francés, Jacques Chirac, pasando por su ex par norteamericano James Carter hasta el Papa Juan Pablo II, numerosas voces se están pronunciando en oposición a una eventual invasión sobre territorio iraquí. Sin embargo, la cuestión más compleja pasa por preguntarse si algún político, intelectual o líder moral; tiene el predicamento y la objetividad suficientes como para influir sobre la administración Bush decidida a actuar contra la dictadura de Saddam Hussein.
Escenarios
«Bush ya le transmitió al Papa (a través de su emisario Pío Laghi) que comprende su posición, pero que los intereses de Estados Unidos son superiores a cualquier otra cosa», anticipó a «Río Negro» el diplomático argentino Gerardo Schamis tras dialogar con el propio Laghi.
Para Schamis, el conflicto armado es «inexorable» y la única duda es si -de acuerdo al ultimátum- va a ser o no el 17 de marzo. Shamis puntualizó que la titular de Seguridad del país del Norte, Condolezza Rice, es la persona a quien más escucha Bush por estas horas. El discurso de Rice reclamando terminar cuanto antes con Hussein «es incluso más extremo que el del secretario Collin Powell», agregó.
En tanto Felipe De la Balze, -especialista en política internacional que asesora a Ricardo López Murphy- consideró que «los juegos diplomáticos no se deciden hasta último momento».
«Hay que tomar muy en cuenta una negociación en puertas entre los propios países árabes para que Hussein de un paso al costado», señaló.
Precisamente, según el ex vicecanciller, Andrés Cisneros, «la salida de Hussein y la caída del régimen, es lo único que puede frenar el conflicto armado», y comparó el momento actual con el de las semanas previas a la asunción de Adolf Hitler.
Cisneros no cree que a esta altura alguien pueda contraponerse a las intenciones de Bush, al tiempo que dirige sus dardos contra los «pacifistas»:
«Cuando Alemania estaba por declarar la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill era abucheado en Inglaterra por belicista, en cambio el que recibía adhesiones era el entonces Primer Ministro, Chamberlain, que aducía buscar la paz facilitando la expansión del nazismo».
Entiende Cisneros que a diferencia de la Guerra del Golfo de 1991, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 «la guerra es de terroristas transnacionales que reciben apoyos de ciertos Estados». y que «de todos los dictadores ninguno es tan sanguinario con su pueblo y estratégicamente ubicado como Hussein».
El politólogo Carlos Floria cree que el Pontífice, Juan Pablo II, como líder moral es el único capaz de influir para distender el conflicto, al tiempo que descalificó a «la presión desatada sobre la opinión pública norteamericana que se opone a la guerra».
¿El fin de la ONU?
Frente a los pronósticos basados en la posición de países Francia, Alemania y Rusia, De Balze aún cree que los Estados Unidos puedan obtener el apoyo necesario dentro de Naciones Unidas ya que dentro de la Unión Europea doce países respaldan la postura de Estados Unidos, contra tres que están en contra. Por el contrario, para Schamis si los acontecimientos evolucionan en el actual sentido, estamos en las puertas de una cuestión imparable: «el fin de Naciones Unidas, que por primera vez desde su creación está quedando como un organismo ineficaz e inexistente».
No se vislumbra que alguien tenga la llave para impedir que las acciones bélicas se desencadenen. Y todos los consultados coincidieron en que además ya es «demasiado tarde».
Claudio Rabinovitch
Nadie es inocente
«Todos actúan con determinados intereses, nadie es inocente», afirmó De Balze acerca de quienes fijaron posturas sobre el anunciado ataque de Estados Unidos sobre Irak.
El ex embajador argentino en Francia, Gerardo Schamis, sostuvo que Chirac está en un rol personal «muy jugado», a la vez que se ahonda un alejamiento evidente entre los medios y especialmente las sociedad francesa y norteamericana.
Sobre a los integrantes del Partido Demócrata estadounidense, sostuvo que se esperaba una reacción mayor, pero que están condicionados por los atentados contra las Torres Gemelas.
Aunque simboliza la ética, Carter también representa dentro de su país el fracaso de su política en Irán que permitió la llegada de los ayhatollas. En cuanto a El Vaticano, es sabido que desde el derrumbe de la Unión Soviética una de sus mayores preocupaciones es la hegemonía norteamericana. (ABA)
BUENOS AIRES (ABA) - Líder mundial capaz de frenar el ataque de Estados Unidos y sus aliados a Irak se busca". Así podría estar redactado un aviso universal tendiente a descubrir si hay alguien con la influencia necesaria como para detener las cada vez más previsibles acciones bélicas.
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