Para qué tener perro si hay humanoides

La ciencia ficción no es

fantasía sino una proyección del futuro. Lo que usted está por leer se ha basado en artículos, libros e investigaciones de la ciencia real. Aunque parezca increíble, muchos de los avances que se mencionan probablemente sean superados para el 2049. La guerra del agua, las consolas orgánicas, los autos ultrarrápidos a ras de suelo, los clones y libros digitales, son temas que ya comenzaron a insinuarse en nuestra vertiginosa actualidad.

San Carlos de Bariloche, 13 PM

Carlos ha debido acostumbrarse a vivir en dos ciudades al mismo tiempo. Es menos económico, pero sus noches entre el sonido de los árboles junto al Nahuel Huapi no tienen precio. Acaba de llegar de Buenos Aires después de un viaje de dos horas en su Renault Iron Bird, sin escalas. Apenas si sintió un tirón del control cuando atravesaba la zona de Piedra del Aguila a 800 kilómetros por hora, a unos diez metros del suelo. El tiempo figuraba despejado en su computadora y así fue. Ahora revisa el propulsor izquierdo por las dudas. Aterrizó justo para el almuerzo; vino blanco, trucha almendrada y un helado de limón. Trajo regalos para sus chicos. «Hoy me sentaré a ver las estrellas», planifica. Todavía le quedan tres días de trabajo virtual en su cabaña, antes de tener que hacer presencia física en el microcentro. Aunque bien podría mandar un holograma. Todo depende.

General Roca, 14 PM

Marcela odia el laptocelular que le regaló su viejo esta Navidad. Sabe que el aparato viene con un GPS imposible de desconectar. Así el viejo siempre sabrá a qué rincón del mundo se ha escapado. El satélite es el mayor buchón del milenio, piensa Marcela a sus 15 años. Pelo rojo, pantalones que imitan a los viejos jeans que se usaban en el 2020. Ahora los originales salen demasiado caros y queda mal exhibirlos en la calle. Es una falta de inmodestia imperdonable. Hoy está en General Roca, en la vereda de International Kioto Bank, sentada con un grupo de amigos, pero tiene planificado tomarse un transbordador a Uruguay antes de que anochezca. Una vez en Montevideo le dirá a su padre dónde está y por cuánto tiempo. El mes pasado se tomó un transoceánico y terminó en Berlín.

Ushuaia, 15 PM

A Frank S. le gustan sus ojos pero no sus nudillos. Los nudillos son la única pista que revela su verdadera edad: 102 años. Aquel clásico de la literatura de William Gibson tenía razón, los nudillos son el más fiel espejo del tiempo. Su esposa murió en la década del «10. Nunca quiso hacerse los implantes de piel y fibra en la clínica de Houston, Texas. Ahora se vería igual mejor que él, los pómulos altos, unos labios carnosos capaces de hipnotizar. El doctor Hanoci Wang le ha dicho que si quiere vivir tranquilo unos 30 años más deberá someterse a nuevas cirugías. La lista lo agobia: bajar su estatura actual de 1.75 a 1.65, de esta manera su centro de gravedad será más bajo y una eventual caída lo perjudicaría menos. Le agregarán una o dos costillas para sujetar sus órganos. Durante dos meses ingerirá altas dosis de aminoácidos depurados para aumentar la musculatura, le incorporarán nuevas válvulas a sus piernas para prevenir nuevas várices y no tendrá más remedio que aprender a caminar inclinado para ejercer menos presión sobre las vértebras. 132 años, allá vamos.

Algún lugar de la Argentina, 18 PM

El día que decidió pasar a la clandestinidad no era consciente de la decisión que estaba por tomar. Era un chico de 15 años con habilidad para las consolas orgánicas. A los 13 había asaltado su primer banco de datos y a los 14 ya era buscado por el DII (Departamento Informático Internacional). Fue entonces cuando lo llamó el líder de Marca, la organización infoguerrillera que opera en distintos países del mundo. Su función: seguir robando bancos de información clasificados de máxima seguridad. Nadie sabe, ni si quiera Romina, que vive en algún sitio cercano a Epuyén. Su antena satelital V34 lo conecta con 500 canales de Spectrum Tevé y a la red macro del la organización.

Miami, 19 PM

Erika tiene 35 años, es interesante, dicen todos. Diseña interiores. Le gusta bailar. Jorge le ha prometido la Luna desde la primera vez que se vieron. Ella duda, nunca fue a la Luna. Vestida con un traje negro de látex debajo de un conjunto de falta y top del mismo color y gafas casi incrustadas en sus ojos que le permiten saber algo sobre la ropa interior de los varones. A menos que tengan protector. Sentada en las mesas del «Marcus» que dan a Lincoln Road espera al chico de 25 años que prometió estar puntual pero se retrasa. Puede perdonarlo por un rato, Jorge viene del cono sur después de un viaje no tan agotador de siete horas. Ella se ha perfumado con Channel 7PDH, una sustancia que activa las hormonas masculinas gustativas. Si él no trae antifenomonas, lo hará salivar como a un perrito. Pegada a su cuerpo tiene una bombacha inteligente que disparará una alarma si el encuentro va mal. El nuevo modelo viene con un secuenciador de sonidos y una malla electrizada por control electromagnético. Siempre puede desconectarse todo el bendito aparataje.

Orbital Disney Hotel, 19.30

«Frank III está con nosotros», acaba de decir la enfermera. Todo en orden. Pato y Paty tendrá su tercer hijo de ojos celestes como la abuela. Será un excelente atleta. Bueno en todo, brillante en nada. Alto coeficiente, de estatura mediana, grueso. Tenían dudas sobre el carácter pero el doctor los tranquilizó. Si la crianza falla siempre pueden volver a a recomponer la línea de memoria con drogas que afectan la serotonina. Frank III está destinado a ser el normal en la familia. Los otros dos, Frank I y Frank II son jugadores de fútbol. Defensores. Igualitos, igualitos.

20 PM, Buenos Aires

Bernardita tiene invitados a comer. Uno de los robots-cocina ha comenzado ha fallar y parece que no llegará con el postre. El «servis» no vendrá hasta mañana por la mañana. Fito DK por lo menos actúa con rapidez, después de lavar y secar los platos, la computadora a cargo del sector activó la licuadora y puso a batir tres huevos. Una parte está hecha. Fito 3K fue hasta el supermercado por más gaseosa. Podría pedirla vía net, pero el servicio de repartición pasará recién a las 23. Demasiado tarde. Su marido activó los termostatos desde Lomas de Zamora, donde tiene las oficinas, y si todo sigue como acostumbra, la ducha se largará un minuto antes de que atraviese la puerta. Consiguió por fin poner a ralla a Lida, la perra-robot de su hija menor que insiste en comerse el alimento de «Male», su perra Bóxer. No sabe si tendrá tiempo de cambiar el color de percepción de las paredes ¿Qué texturas eran las preferidas de Manuela? No, ya no alcanza a reprogramar el ambiente desde la unidad de diseño, deberá pedir un estándar: «Noche con amigos progres», dice en voz alta y la casa comienza a mutar. El blanco se transforma en verde inglés, una imagen de Grecia aparece en la pared principal, el aroma a araucarias se propaga en los ambientes. Pequeñas lucecitas indican un camino sobre el césped. Hecho. Computadora central, ¿qué tan rápido puedes hacer el pato a l»orange?

Claudio Andrade


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