Para Quiroga el EPAS no quiere ser controlado

NEUQUÉN (AN).- El intendente Horacio Quiroga aseguró ayer que ni el ministro de Energía y Servicios Públicos Guillermo Coco ni el gobernador Jorge Sapag controlan el funcionamiento interno del EPAS. “Y por eso no quieren que nosotros tampoco los fiscalicemos porque tienen miedo que les contemos las costillas”, agregó. Así se suma un capítulo más en la puja entre provincia y municipio por la dilatada firma del contrato de concesión del servicio de agua y saneamiento con el Ente Provincial de Agua y Energía. La semana pasada, fuentes de la comisión mixta que trabaja en la redacción del contrato revelaron que el gobierno provincial se niega a firmar para no entregarle a Quiroga el poder de policía sobre el organismo. Incluso el subsecretario de Servicios Públicos de la provincia, Alejandro Nicola reconoció que las negociaciones están paralizadas y que a la gobierno de Sapag por ahora no le interesa acercar nuevas propuestas. Ayer en la recorrida por las obras de remodelación del balneario Río Grande Quiroga confirmó que “el EPAS no quiere ser controlado”. “Lo primero que tiene que hacer la provincia es firmar el contrato. Si no quiere firmar es porque tiene miedo que lo fiscalicemos y le mostremos lo que ya sabemos; que son inoperantes, incapaces, que no saben cobrar, no saben administrar. Tienen miedo que les contemos las costillas, que digamos que tienen más empleados de los que tienen que tener”, opinó. Quiroga viene desde hace un año enfrentándose con funcionarios municipales por un contrato en el que las cuestiones técnicas fueron acordadas rápidamente en las reuniones de la comisión mixta, pero no logran consensuar en “lo político”. Y en esta pelea ayer le dedicó algunas palabras al gobernador Jorge Sapag. “Ni el ministro Coco ni el gobernador controlan el EPAS, porque no quiero pensar que si lo controlan sea tan ineficiente como es. Al EPAS no quiere que lo controle nadie”, agregó. Al contrato de concesión estarían atadas el régimen de penalidades que sería otro aspecto que Provincia no quería cederle al municipio. “Si tuviéramos reglamentadas las penalidades en el contrato de concesión, la cantidad de multas que podríamos enchufarle al EPAS”, concluyó Quiroga.


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