Parapentista sigue grave pero estable

Continúa en la sala de cuidados intensivos del Zatti, donde hoy se le practicará otra tomografía de control.

SOCIEDAD

Grave pero estable. En ese estado permanecía ayer David Mazzuchini, uno de los parapentista que se precipitó al piso mientras volaba a unos 100 metros de altura. Hoy se le practicará una nueva tomografía para controlar la evolución de las graves lesiones sufridas en el tórax. Apenas ingresó al hospital Zatti se le practicó la primera que detectó una complicada contusión pulmonar, derrames sanguíneos en el mediastino y en las pleuras. Esta es la afección más grave que padeció el parapentista, teniendo en cuenta que el mediastino se encuentra en el centro del tórax, entre los pulmones, por detrás del esternón y las uniones condrocostales y por delante de las vértebras. En su interior se alojan el corazón, la arteria aorta, importantes venas, la tráquea, los bronquios y el esófago.

La prioridad para los médicos que lo atienden es esa lesión sin descuidar las fracturas en el brazo derecho, omóplato, así como en el rostro.

A pesar del estado delicado del paciente el médico terapista, José Luis Robascio, destacó que no ha sido necesario mantenerlo bajo respiración asistida ni intervenirlo quirúrgicamente y que se mantiene lúcido.

No obstante admitió que requerirá de cirugías para evitar desfiguraciones e infecciones, teniendo en cuenta las fracturas en el rostro: en órbitas, seno frontal y nariz.

La mayoría de las fracturas se localizan en el costado derecho, lo que hace suponer que habría caído de ese lado aunque precipitarse al piso desde 100 metros de altura garantiza lesiones gravísimas como en este caso, sobre todo si la caída fue sobre las rocas que se encuentran en la playa.

El accidente ocurrió en el mediodía del domingo en jurisdicción de Playa Bonita, a unos 45 kilómetros de Viedma, y a unos 2.500 metros de la bajada a ese sector, inhabilitada hace años y por ende de muy difícil acceso.

La vela del parapente de Mazzuchini se habrían enredado en el aire con la del otro deportista provocando que ambos cayeran. Este último -de quien se desconoce la identidad hasta el momento- sufrió una fractura de cadera pero logró movilizarse y caminar hasta su camioneta que se encontraba en la cima del acantilado. Es decir que debió llegar sorteando un intransitable camino lleno de rocas de gran tamaño, por suerte, con marea baja porque de lo contrario la situación habría sido mucho más complicada y riesgosa, teniendo en cuenta que el agua cubre hasta la base de los acantilados dejando el sector de playa a una importante profundidad.

Este hecho ha generado una gran conmoción en la Comarca Viedma Patagones, sobre todo, entre quienes practican este deporte aéreo tan atractivo como riesgoso.

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