Pasaje al asombro

Para llegar a Puerto Blest y deslumbrarse con su historia y su entorno natural en estado puro hay que partir de Puerto Pañuelo, desde donde también se realizan otras hermosas excursiones.

bariloche

Atravesado durante años por pioneros, por turistas, por familias y por simples viajeros de todo el planeta, Puerto Blest hoy está a su alcance.

La historia de Bariloche y la de Puerto Blest están asociadas desde su nacimiento.

A fines del siglo 19 en Bariloche se consumían productos importados que llegaban directamente de Europa, más que en ninguna otra ciudad del interior. Y entraban por Blest.

Y de aquí salían productos primarios. No había pasos por tierra. El viaje comenzaba en Bariloche en El Cóndor hasta Puerto Blest. Y de ahí a caballo hasta el Lago Frías. De ahí nuevamente en barco hasta un camino que permitía cruzar a Chile nuevamente en barco en el lago de Todos Los Santos hasta Petruhué y luego a Ensenada.

El mismo circuito muchos años después es transitado por miles de turistas para asombrarse como los pioneros por la inigualable belleza natural de toda la zona.

Historia

Blest fue bautizado así en 1856 para hacer honor al intendente de Llanquihue Dr. Juan Blest. Tal era la interacción entre las dos regiones. Todo el lugar fue pedido específicamente por el Perito Moreno al gobierno nacional para ser la primera reserva natural que diera origen a los Parques Nacionales.

Para ir a Blest hay que salir desde Puerto Pañuelo. La embarcación toma el brazo del Nahuel Huapi, bordeando los cerros capilla y Millaqueo (no deje de mirar ese cerro y pensar en la figura que le regala).

La navegación de 18 kilómetros pasa por la Isla Centinela donde se rinde un homenaje a Moreno (mucho mas que un hombre defensor de los recursos naturales). Y atraviesa la zona que se estima es de mayor profundidad en el lago (el guía le dirá cuantos metros).

Antes de llegar al Puerto podrá disfrutar de la Cascada Los Cántaros, luego de subir hasta su naciente, y asombrarse con un espectáculo de la naturaleza, imborrable de su memoria.

Y llegar al frente, a la desembocadura del río Frías con una mezcla de colores que usted nunca imaginó.

Hay un hotel en Blest y senderos para disfrutar. Vea y aprenda sobre la vegetación de la zona, para poder asombrarse aún más sobre el escenario que está pisando.

Es un ecosistema único en el mundo. Un paseo a Blest tiene un costo de 280 pesos.

Si quiere puede extender su asombro y llegar con el paseo hasta la laguna Frías. Allí lo espera otra sorpresa: el color del agua.

Todo es vida en este paseo. Todo es para aprender y disfrutar. Para sentirse pionero, para ser el más grande aventurero o para simplemente cruzar un portal entre dos mundos. Lo único que debe hacer es llegar a Puerto Blest en Bariloche.

Desde Pañuelo

El puerto que está frente al Llao Llao se llama Puerto Pañuelo. Se construyó en 1965. Antes todo era un islote, y se lo unió al continente usando los escombros de la reconstrucción del Hotel Llao Llao (se quemó en el año 1939 cuando era de madera y se reconstruyó en un año).

Se llama Pañuelo, cuentan, por los pañuelos que se levantaban para despedir y recibir a los viajantes.

Desde allí se puede apreciar la armonía que guardan los techos del Hotel con las forman del cerro López, que está detrás. Son paseos que se realizan sobre los espejos de agua más maravillosos, azules, puros y cristalinos que usted haya visto jamás.

Los lagos de la región tienen su propia identidad basada en su pureza.

Paseos de los que usted seguramente ya escuchó alguna vez, pero los encontrará como una navegación de bautismo. Siempre será la primera vez, porque el asombro se renueva. Lo invitamos. Suba.

Como ya se apuntó, una de las excursiones es a Puerto Blest, durante la cual se navega aproximadamente una hora por el brazo más importante del lago: el Blest para por fin adentrarse en el corazón de la historia de los Parques Nacionales de todo el continente.

Más asombro

Pero hay mucho más. Por ejemplo, Isla Victoria y Bosque de Arrayanes.

Una hora de navegación y llegamos a la Península de Quetrihué en donde se puede disfrutar del único bosque de arrayanes del mundo.

Luego navegamos hacia la Isla Victoria, desembarcando en Puerto Anchorena.

Encuentre y recorra sus caminos y senderos.

Uno de ellos nos lleva a la Playa del Toro, donde podremos ver pinturas rupestres y visitar una espléndida playa de arena volcánica.

No deje de conversar con los guías y guardaparques. Puede hacer el paseo en medio día o en día completo y el costo es de 280 pesos.

A este relato agregue su imagen. Las gaviotas sobre el barco, el color del agua, el chocolate, las fotos, y mucho sol.

Camine, mire, aprenda. Las excursiones lacustres de Bariloche son maravillosas. Vale la pena repetirlas siempre. Le van a dar material para los relatos mágicos de su viaje.

Fuente: Emprotur

Más datos:

www.barilochepatagonia.info

www.turisur.com.ar

www.islavictoriayarrayanes.com


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