Pasó el temblor y ahora viene el mano a mano

«Fue increíble no poder concretar la cantidad de situaciones que tuvimos. Lo único que les pedía era un gol más por si llegaba a modificarse el resultado en Chile. Por suerte nos alcanzó para clasificarnos».

En la noche del martes ante Unión Maracaibo, Carlos Ischia, como todo Boca, estuvo al borde de un ataque de nervios. Pero el «Xeneize» ya está en la próxima fase y ahora se vienen los mano a mano (Cruzeiro será el rival). El entrenador rescata que el primer partido por los octavos de final sea de local «por lo que no tendremos que viajar entre los partidos de San Lorenzo y River», por el Clausura.

Por lo visto Ischia no descuida el frente interno. El domingo jugará ante el 'Santo' de Ramón Díaz y una semana después se vendrá el superclásico en La Bombonera. Dos partidos clave para el futuro del torneo.

A la hora de elegir un pasaje del encuentro ante los venezolanos, el DT optó por el tramo inicial del cotejo: «Los primeros veinte minutos fueron extraordinarios, pero lógicamente no se puede aguantar ese ritmo. Pero teniendo jugadores de este nivel uno puede estar tranquilo».


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