Pedido de solidaridad en el oeste neuquino

NEUQUEN (AN).- Los fieles comenzaron desde las 15.30 el Vía Crucis por los barrios pobres del oeste de la ciudad de Neuquén. «Con amor, coherencia y solidaridad construímos la vida». Ese fue el mensaje de la peregrinación que convocó ayer a medio millar de personas que salieron desde el hospital Horacio Heller para caminar por las calles polvorientas del oeste.

A esa misma hora, pero a unas treinta cuadras del hospital, Daniel y Vanina, dos hermanos de 13 y 8 años respectivamente, recorrían con su carrito los baldíos de los barrio Belén y Cuenca XV, en busca de plástico para vender.

Los niños y los fieles se unieron dos horas después, cuando el Vía Crucis llegó a Cuenca XV tras recorrer las barriadas de Gran Neuquén Sur y Norte y el sector de Hibepa.

La peregrinación había comenzado como todos los años frente al hospital Heller, que desde 1999 atiende a unas 100.000 personas que viven en esa zona de la capital.

Luego, la columna ganó las calles y detuvo su marcha para realizar en forma simbólica las estaciones del Vía Crucis que padeció Jesús frente a un centro de salud, una escuela y hasta comedor.

Caminaron al ritmo de cánticos que alentaron el fervor religioso y que se mezclaron con los numerosos reclamos por justicia, por trabajo genuino, en defensa de la educación y los derechos humanos. En definitiva, por una vida digna.

Durante la peregrinación hubo homenajes para el fallecido Obispo neuquino Jaime de Nevares y para el Obispo de La Rioja Enrique Angelleli, que fue asesinado durante la dictadura militar última.

También hubo un reconocimiento para los que defienden su cultura y su tierra y para los que reclaman un salario justo.

Los peregrinos detuvieron el paso en la calle Rodhe 1780 cuando unos vecinos salieron a su encuentro y les ofrecieron agua en un gesto de solidaridad. Después ganaron la calle Novella y culminaron en Cuenca XV.