Pedirán prisión domiciliaria para el ginecólogo Anzaldo
La defensa del médico la solicitará por "enfermedad".
CIPOLLETTI (AC).- La defensa recurrirá en casación, pero mientras tanto intentará morigerar la prisión preventiva dictada contra el ginecólogo, Carlos Anzaldo. Gustavo Palmieri anticipó ayer que solicitarán que el médico goce del beneficio de prisión domiciliaria, teniendo en cuenta sus problemas de salud.
Anzaldo fue detenido el viernes en Cinco Saltos, poco después de que la Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti dispusiera su prisión preventiva, además de una pena de 10 años de cárcel y el mismo período de inhabilitación para trabajar como docente y médico. Lo consideraron autor del delito de «abuso sexual con acceso carnal en forma continuada, agravado por ser el encargado de la educación de la víctima», que tenía 17 años.
Palmieri consideró que «es muy grave» la interpretación que hicieron de la privación de la libertad. Dijo que el precedente del Superior Tribunal de Justicia que utilizaron los jueces como base de su argumento, fue en un caso en el que se rechazó el recurso de casación. «Acá ni siquiera se interpuso aún el recurso», afirmó.
Destacó además que Anzaldo «siempre estuvo a disposición de la justicia» y que no hay elementos para pensar que pueda fugarse. De hecho, dijo, ni el Ministerio Público Fiscal había pedido que se le privara su libertad. Anticipó que estudiarán el modo de morigerar esta disposición solicitando que su defendido, que ayer estaba aún en la comisaría Séptima de Cincos Saltos, pueda estar en su vivienda en la misma ciudad. Mañana harían alguna presentación, teniendo en cuenta sus problemas de salud, cardíacos entre ellos.
Esto en lo inmediato. Porque también prevén discutir ante el Superior Tribunal de Justicia «la ilegitimidad» de esta privación de la libertad, además de avanzar con el recurso de casación.
Los defensores recién están analizando la sentencia y es por eso que prefieren no realizar demasiados comentarios aún sobre cuestiones específicas. No obstante hicieron algunas apreciaciones
y cuestionamientos, como por ejemplo, que el fallo, «en un caso con tantas aristas como éste», sólo se basa en un voto, el del juez César Gutiérrez Elcarás. Los otros dos camaristas adhirieron.
«Es preocupante que ocurra esto», consideró Palmieri. «Es impensable creer que dos personas pueden pensar exactamente lo mismo sobre algo tan controvertido. Podrán estar de acuerdo en la conclusión pero no en todo», sostuvo. Dijo que de esta manera se impide controlar cómo llegaron al estado de certeza los otros dos jueces.
Se quejó también por la «estructura» misma de la sentencia, porque comienza «imponiendo veredicto», y criticó que el Tribunal no respondió a los planteos concretos realizados por la defensa en los alegatos, sobre todo, en cuanto a «las innumerables contradicciones tanto de la víctima como de los testigos».
«De la cantidad de argumentos que introdujimos sólo se detuvieron en el tema del estrés postraumático», reprochó.
Por otra parte, Oscar Pandolfi, el otro abogado de Anzaldo, anticipó que responsabilizará al Estado por las pintadas en su estudio.
Dijo que la policía no hizo nada para evitarlo, pese a que iba tras los manifestantes.
Además, consideró que la provincia deberá afrontar los gastos que demandará dejar el edificio nuevamente en condiciones.
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