Peligroso delincuente redujo al guardia y huyó

Estaba detenido en la subcomisaría de J. J. Gómez. Al policía le sacó el arma reglamentaria y dos cargadores

ROCA (AR).- Un peligroso delincuente que se encontraba detenido en la subcomisaría de J.J. Gómez, aprovechó un descuido de un guardia, y tras ponerle un cuchillo en el cuello, escapó de la unidad de detención con el arma reglamentaria y dos cargadores completos que tenía el policía.

Se trata de Claudio Abel «Cachete» Barrientos, quien estaba para ser llevado a juicio por el crimen del taxista Omar García. La víctima era oriunda de Catriel, pero estaba radicado en Roca. El crimen fue cometido el 17 de febrero de 2002 en la zona norte de bardas de Roca, cerca del Canal 10 de televisión.

La maniobra de Barrientos comenzó sobre la medianoche del miércoles. Según trascendió, le dijo a un guardia que necesitaba algo, y cuando el policía se acercó a la reja, Barrientos lo agarró y le puso un cuchillo en el cuello.

Ya dueño de la situación, lo habría obligado a abrir la reja, para luego robarle la pistola 9 milímetros reglamentaria y dos cargadores llenos.

Tras encerrar al guardia, escapó de la subcomisaría de J.J. Gómez.

Apenas conocida la noticia, se avisó de la fuga a las distintas unidades policiales de Roca. Sin embargo, ayer a la mañana, en la ruta «chica» y en la 22 no había operativo policial de identificación de personas. Sólo había controles de tránsito habituales, pero no se estaba buscando, al menos en las rutas, al evadido.

El taxista García sufrió una muerte violenta. Recibió golpes en la cabeza, en el rostro -aparentemente con un matafuego- y en distintas partes del cuerpo, además de un disparo en la cabeza con un arma calibre 32 que en definitiva le causó la muerte. También recibió un disparo en el abdomen.

El taxi fue posteriormente incendiado, con el aparente fin de borrar huellas, pero llamó la atención que no faltaban elementos como el matafuego, el equipo de radio y el estéreo, éstos dos últimos quedaron destruidos por el fuego.

Desde un primer momento, la justicia puso la mira sobre Barrientos. Las sospechas se cristalizaron cuando varios testigos protegidos reforzaron la hipótesis de los investigadores.

El sospechoso fue detenido el 20 de noviembre de 2002, luego de que en la misma alcaidía, y mientras estaba detenido, testigos aseguran que Barrientos dijo que «se la tenía jurada a García».

A los pocos días de finalizar una condena por lesiones graves, el cuerpo de García fue encontrado sin vida en la zona de bardas.

Pero esa no fue la única entrada que Barrientos tuvo en la alcaidía de Roca, ya que había purgado una condena por un crimen y otra por intento de homicidio.

Cuando cumplió la condena por lesiones graves, había sido alojado en el sector de la caldera de la alcaidía de Roca, ya que tenía problemas con otros detenidos y su integridad física podría correr peligro.

Luego se decidió trasladarlo a la subcomisaría de J.J. Gómez, desde donde escapó en los primeros minutos de ayer.


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