PERFIL: Para las FARC es la pérdida de la figura más importante

La liberación de la ex candidata Ingrid Betancourt, rehén emblemática desde hacía seis años y cuatro meses, significa para las FARC la pérdida de la figura más importante de las que mantenía en su poder.  Su permanencia en poder de la mayor organización guerrillera se había convertido en la más fuerte moneda de cambio de las FARC y generado muy fuertes críticas de sus familiares a la administración de Alvaro Uribe.

Betancourt, de nacionalidad franco-colombiana, había sido secuestrada por las FARC el 23 de febrero de 2002 en plena campaña electoral, en una de las zonas de mayor actividad guerrillera cercana al municipio de San Vicente del Caguán, donde tres días antes se habían roto las negociaciones de paz entre el Gobierno de Andrés Pastrana y la organización.

Por entonces, Betancourt tenía 43 años y era candidata presidencial por el partido ecologista Oxígeno Verde. En el momento de su secuestro, su secretaria, Clara Rojas, se negó a abandonarla y eligió quedarse también en poder de los guerrilleros.

Rojas fue liberada en enero pasado, junto a una ex legisladora Consuelo González, tras una serie de gestiones que encabezaron el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y la senadora liberal colombiana Piedad Córdoba.

Francia había hecho propia la causa de la liberación de Betancourt, a veces con respaldo a «las partes» colombianas pero otras a través de contactos propios con la guerrilla. Ahora mismo, un ex cónsul de París en Bogotá está en el país en busca de avanzar en un intercambio humanitario.

Hasta hoy, la ex candidata había sido vista por última vez en un video que había sido enviado a las cadenas de televisión colombianas en agosto de 2003, en el que se apareció muy delgada y demacrada, lo que alimentó las versiones sobre un supuesto estado grave debido a enfermedades propias de su estado en la selva.

Parte de la más fuerte lucha por su libertad la dieron también su ex esposo, Fabrice Delloye, sobre todo en Europa y junto a sus hijos, Mélanie y Lorenzo, y su actual marido, Juan Carlos Lecompte, en Colombia misma. Otra parte le correspondió a su madre, Yolanda Pulecio, y su hermana Astrid.

Lecompte mantuvo contacto con otros liberados o escapados de la selva, escribió el libro «Buscando a Ingrid» -con sus experiencias durante estos años-, y hasta lanzó miles de fotos de los hijos de Ingrid desde una avioneta para que le llegaran a la ex candidata.

La causa por la liberación de Ingrid también se había convertido en motivo de miles de marchas y actos en casi todas las capitales europeas y de pedidos de gobiernos de todo el mundo para que el gobierno accediera a negociar con las FARC. 

Bogotana, nacida en 1961, Betancourt había crecido entre Colombia y Francia y vivido en un ambiente político por las relaciones de su padre, un ex ministro, y de su madre, ex congresista. Ingrid se graduó en Ciencias Políticas en un instituto parisino, y tras su divorcio y regreso a Bogotá se convirtió en asesora del Ministerio de Hacienda y Crédito Público.

Luego, fue representante a la Cámara por Bogotá para el período de 1994-1998 y Senado de la República para el siguiente. Entre sus publicaciones están «Si sabía», una investigación sobre la financiación de la campaña electoral de Ernesto Samper por parte del llamado Cartel de Cali y «La Rabia en el Corazón», publicado primero en Francia.

Fuente: Télam


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