Piccinini y Carreras, por la destitución

La legisladora del Frente para la Victoria Ana Piccinini, su par Arabela Carreras y, en dos cargos, el presidente del Consejo de la Magistratura -Jorge Bustamante- votaron a favor de la destitución de Iribarren, pero quedaron en minoría. Piccinini descartó, en principio, su excusación citando que “no será nunca motivo de excusación el parentesco con otros funcionarios que intervengan en cumplimiento de sus deberes”. Piccinini y Carreras entendieron que Iribarren “consintió ser dirigido por sus auxiliares, subordinados e influenciado por ciudadanos que se acercaron al lugar”. Consideraron probado que el juez “permitió consignar erróneamente apreciaciones subjetivas y datos objetivos” y dilató pericias y pruebas que debieron hacerse al hallarse los elementos. Cuestionaron que “con actitud desafiante manifestó que al momento del juicio estaban a disposición de la Cámara. Así el cerco pudo o no ser más grande, los intrusos pudieron o no borrar prueba, la ‘mordaza calzoncillo’ resultó ser ‘mordaza corpiño’, las larvas ya secas, mal conservadas, era lo mismo analizarlas a los pocos días que a los pocos años, la hojarasca era poco urgente, si las violaron o no fue imposible saberlo definitivamente, si los disparos fueron lejos o cerca, si murieron las tres a la misma hora, en fin creemos que se dilapidó tiempo y esfuerzos en pruebas que se perpetuaron en el tiempo, sin justificación en algunos casos, violando derechos constitucionales en otros (a lo que oportunamente haremos referencia) todas, con resultado negativo. Por ej. los allanamientos, las intervenciones telefónicas, incluso en algunos casos violando garantías constitucionales de los ciudadanos rionegrinos. Del expediente surge, que el gran aportante de prueba conducente a dilucidar la verdad en la causa fue el propio condenado Kielmasz, cuando voluntariamente y vaya a saber cifrada esa voluntad en que oscuras y tenebrosas intenciones entrega el arma asesina. El juez, como director del proceso, permitió todo esto, perjudicando la producción probatoria. Por lo expuesto, consideramos acreditado el mal desempeño y proponemos hacer lugar a la presente acusación”. En cuanto a la intervención de comisiones policiales en la investigación judicial, objetaron “la conducta de Iribarren de desatención y falta de dirección de la investigación policial”. También cuando Iribarren accedió a pactar con Kielmasz para tender una celada a los hermanos Yacopino, a quienes el único imputado buscaba incriminar. “Iribarren debió escuchar a Kielmasz a través de un acto de indagatoria o de declaración explicativa. Esto no ocurrió”. Consignaron Piccinini y Carrera que “en el juicio político del Juez Dr. Alberto Oscar Nicosia, se sostuvo que mal desempeño no requiere la comisión de un delito, sino que basta para separar a un magistrado la demostración de que no se encuentra en condiciones de desempeñar el cargo, es suficiente con que el imputado sea un mal juez”. A nuestro entender el Dr. Iribarren no se encuentra en condiciones de ocupar el cargo de Juez de Instrucción penal, es un mal Juez”.


La legisladora del Frente para la Victoria Ana Piccinini, su par Arabela Carreras y, en dos cargos, el presidente del Consejo de la Magistratura -Jorge Bustamante- votaron a favor de la destitución de Iribarren, pero quedaron en minoría. Piccinini descartó, en principio, su excusación citando que “no será nunca motivo de excusación el parentesco con otros funcionarios que intervengan en cumplimiento de sus deberes”. Piccinini y Carreras entendieron que Iribarren “consintió ser dirigido por sus auxiliares, subordinados e influenciado por ciudadanos que se acercaron al lugar”. Consideraron probado que el juez “permitió consignar erróneamente apreciaciones subjetivas y datos objetivos” y dilató pericias y pruebas que debieron hacerse al hallarse los elementos. Cuestionaron que “con actitud desafiante manifestó que al momento del juicio estaban a disposición de la Cámara. Así el cerco pudo o no ser más grande, los intrusos pudieron o no borrar prueba, la ‘mordaza calzoncillo’ resultó ser ‘mordaza corpiño’, las larvas ya secas, mal conservadas, era lo mismo analizarlas a los pocos días que a los pocos años, la hojarasca era poco urgente, si las violaron o no fue imposible saberlo definitivamente, si los disparos fueron lejos o cerca, si murieron las tres a la misma hora, en fin creemos que se dilapidó tiempo y esfuerzos en pruebas que se perpetuaron en el tiempo, sin justificación en algunos casos, violando derechos constitucionales en otros (a lo que oportunamente haremos referencia) todas, con resultado negativo. Por ej. los allanamientos, las intervenciones telefónicas, incluso en algunos casos violando garantías constitucionales de los ciudadanos rionegrinos. Del expediente surge, que el gran aportante de prueba conducente a dilucidar la verdad en la causa fue el propio condenado Kielmasz, cuando voluntariamente y vaya a saber cifrada esa voluntad en que oscuras y tenebrosas intenciones entrega el arma asesina. El juez, como director del proceso, permitió todo esto, perjudicando la producción probatoria. Por lo expuesto, consideramos acreditado el mal desempeño y proponemos hacer lugar a la presente acusación”. En cuanto a la intervención de comisiones policiales en la investigación judicial, objetaron “la conducta de Iribarren de desatención y falta de dirección de la investigación policial”. También cuando Iribarren accedió a pactar con Kielmasz para tender una celada a los hermanos Yacopino, a quienes el único imputado buscaba incriminar. “Iribarren debió escuchar a Kielmasz a través de un acto de indagatoria o de declaración explicativa. Esto no ocurrió”. Consignaron Piccinini y Carrera que “en el juicio político del Juez Dr. Alberto Oscar Nicosia, se sostuvo que mal desempeño no requiere la comisión de un delito, sino que basta para separar a un magistrado la demostración de que no se encuentra en condiciones de desempeñar el cargo, es suficiente con que el imputado sea un mal juez”. A nuestro entender el Dr. Iribarren no se encuentra en condiciones de ocupar el cargo de Juez de Instrucción penal, es un mal Juez”.

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