Pichetto insiste: crear la UNRN
Insistió en el proyecto ayer en Cipolletti. Dijo que la UNC sólo sirve a los intereses de Neuquén. Quiere promover el debate sobre el tema. Denuncia que hay desprotección de las facultades instaladas en Río Negro. El Frente para la Victoria pone en marcha el sábado su Primer Congreso Técnico-Programático.
Blanco sobre negro. Sin espacio para el matiz. Sí o sí.
En estos términos planteó ayer el senador peronista Miguel Pichetto la necesidad de crear la Universidad Nacional de Río Negro, un proyecto que en su consideración responde a dos desafíos que tiene la provincia.
Uno: sumar decisiones que alienten la recuperación de identidad por parte de los rionegrinos, ya que «ni eso nos dejaron los radicales».
Dos: terminar con la dependencia que «tenemos de la Universidad Nacional del Comahue, que sólo sirve a los intereses de Neuquén».
«Planteo ahora esta propuesta para que los rionegrinos tomen conciencia del tema y se instale el debate, ya que ni bien asuma como gobernador, pondré en marcha este proyecto», dijo ayer Pichetto en el marco del anuncio del Congreso Técnico-Programático que realizará el sábado el Frente para la Victoria.
«Basta una mirada para ver –por tomar un solo aspecto–, el desamparo que tiene la estructura de la UNC situada en nuestra provincia… Lo dice una recorrida por las facultades de la UNC con asiento en Neuquén; ver cómo están dotadas, para percibir lo que está sucediendo con las facultades situadas en Río Negro, galpones en los cuales en cualquier momento tenemos un Cromañón… La UNC responde más a los intereses de Neuquén que de Río Negro», dijo Pichetto antes de abundar en razones curriculares por las cuales hay que crear la UNRN.
A su lado, su socio político y diputado nacional Julio Arriaga –Frente Grande–, dio un respingo.
«Yo quiero aclarar que en Cipolletti tenemos muy buena relación con la UNC, que desempeña aquí un papel importante», sentenció a quien se descuenta como vice de Pichetto en la fórmula del Frente para la gobernación.
Cipolletti es asiento de la facultad de Ciencias de la Educación y la carrera de Psicología.
En la media mañana de ayer, Pichetto-Arriaga presentaron las razones por las cuales el sábado se concretará el primero de cinco Congresos Técnicos-Programáticos que tiene programado el Frente de aquí a las elecciones generales.
Arriaga puso de relieve que los encuentros marcarán un cambio en la modalidad de las campañas políticas tradicionales, pues técnicos, profesionales y vecinos, relacionados o no con el Frente, van a analizar y fijar los perfiles de los grandes temas como seguridad, educación, salud, producción y políticas sociales.
De la reunión participaron varios jefes comunales del Frente –entre otros Alberto Weretilneck, de Cipolletti–, legisladores provinciales y concejales de distintos municipios de la provincia.
Tras la presentación que Arriaga hizo del Congreso, Pichetto apretó el acelerador y cargo contra el gobierno radical.
Acusó al mandatario Miguel Saiz de «indecoroso» porque todas las obras que se adjudica se construyen con fondos de Nación. Reiteró que la prioridad «uno» de nuestro gobierno será la educación, tema clave para modelar el perfil de provincia, un quehacer que se llevará el 25 % del presupuesto».
Dijo que entre septiembre y octubre de este año «daremos a conocer el gabinete que nos acompañará en el gobierno. No vamos a ir a gobernar con la burocracia radical instalada en Viedma. Vamos a hacer un modelo d eficiencia de gestión, con las normas ISO aplicadas a la administración pública».
Y avanzó más aún, en un punto que lo obsesiona. «El objetivo central para hacer una provincia económicamente viable, con perfil económico-industrial e inversión, pasa por la educación».
No aflojó. Criticó la influencia negativa que a su criterio tiene Neuquén sobre Río Negro y opinó que una verdadera integración se hace con equidad. «Neuquén avanza sobre empresas y empresarios, tiene una política impositiva cero, y esto sucede porque hay inequidad».
Fue entonces que Arriaga se vio precisado a advertir: «Vamos a defender los intereses rionegrinos, pero esto no es una guerra. Estamos muy relacionados con Neuquén», reflexionó.
«Tenemos que integrarnos con Neuquén, no plantear antinomias», se distendió Pichetto.
Pero en Flandes, la pica ya estaba clavada. (AC/AR)
Rolar, cabecear
Sometiendo su casco a todo tipo de zamarreo.
En estos términos sigue navegando en Río Negro el Frente para la Victoria. Un rolar y cabecear que por momentos no parece amenazar la estructura. Y, en otros, producir inquietantes rumbos por debajo de la línea de flotación. Ayer, la prueba de material fue exigente.
Julio Arriaga supo una vez más lo duro que es ser socio del peronismo. Con sorpresa ratificó que, a la hora de definirse, su compañero de singladura se vuelve un acontecimiento con mucho de antropófago. Deglute. Tritura. «Cuando el elefante peronista se mueve, voy al traumatólogo», ironizaba Rogelio Frigerio, eterno aspirante a inyectarle algo más que modales al justicialismo.
Arriaga no está preparado para digerir los términos excluyentes con que Miguel Pichetto habla de la UNC para fundamentar la creación de la UNRN. No los comparte.
Y quizá le hubiese gustado saber que Pichetto avanzaría por ese curso. Pero el senador se mueve según dictados de su propia dialéctica.
Es más, cuando el senador apuró su verbo, el cipoleño lo miró atónito. Sintió que era arrastrado a aguas turbulentas.
Entonces puso distancia de Pichetto a velocidad de galgo. «En Cipolletti, estamos muy bien, muy bien con la UNC», sentenció.
Habló desde los intereses de una ciudad de identidad sanamente socializada: algo de Río Negro, algo de Neuquén. Vale un dato: 8.300 cipoleños cruzan diariamente el puente para trabajar y estudiar en tierras de Sobisch.
«¡Qué difíciles son los peronistas!», dijo Arriaga a este diario luego de la reunión y mientras se distendía en el jardín de uno de los clubes en que reparte su amor a la redonda.
Pero muy temprano, en la misma mañana de ayer, fue Arriaga el que dejó atónito a Pichetto.
«No cuenta, cero chance», dijo por radio con un estilo vecino al desdén en respuesta a una pregunta sobre si el gobierno nacional tiene alguna ficha colocada en Carlos Soria para gobernador.
Para Soria nada nuevo en esta materia. Pero lo perturba que le digan en ese estilo lo que él intuye. Y más cuando le acreditan –como lo hizo Arriaga ayer– hacer política bajo fiebre.
Cuando Pichetto se enteró de las palabras de Arriaga, reaccionó desde controlada fatiga.
«¡No hay que hablar así!… ¡No nos lastimemos!… Carlos es muy importante, Julio también», dijo.
Pero lo sucedido, sucedido estaba.
Blanco sobre negro. Sin espacio para el matiz. Sí o sí.
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