Piden 10 años para acusado de abusar de sus hijas
El procesado es un sargento del Ejército. Para el fiscal de Cámara hay elementos que prueban que abusó de sus tres hijas durante años. Las víctimas realizaron un
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En una de las causas de violencia y abuso sexual más estremecedoras de todas cuantas se ventilaron en los tribunales locales, el fiscal Enrique Sánchez Gavier pidió que condenen a 10 años de prisión a un hombre que habría abusado de sus tres hijas, de 15, 18 y 19 años, desde que eran niñas y hasta bien pasada la adolescencia.
El acusado es un sargento del Ejército, de 43 años, padre de cinco hijos, que prestaba servicios en la Escuela Militar de Montaña, pero fue pasado a retiro por problemas de salud y ahora entrenaba a un equipo de fútbol femenino.
La denuncia la formuló una mujer, en forma anónima, ante el fiscal Gerardo Balog, quien de inmediato propuso medidas probatorias que posibilitaron la detención del acusado.
Según la acusación fiscal, el abusador contaba a su favor con el temor que infundía y el silencio de las víctimas, que no hablaban entre ellas del problema, y tampoco lo habían comunicado a su madre.
El detonante se produjo cuando las mayores observaron que su padre estaba abusando de su hermana menor, y para protegerla decidieron compartir sus tristes experiencias y comentar los hechos con su madre.
Una de las víctimas, de 19 años, declaró que cuando tenía 8 o 9 años había comenzado a ser abusada por su padre, quien la manoseaba hasta hacerla sentir dolor y la obligaba a acostarse con él para efectuar diversos actos sexuales.
Caminaba como varón
Otra víctima, de 18 años, expuso que había comenzado a ser abusada cuando tenía 10 años, y que al llegar a la adolescencia había empezado a caminar y a comportarse como un hombre, para que su padre no la mirara y no la tocara, ya que advertía que a su hermano no le hacía nada.
Declaró haber visto cuando su padre abusaba de su hermana menor, de 15 años, y que ese fue uno de los motivos que la decidió a contar todo, «para que no le hiciera l mismo que a mí».
La menor de todas, de 15 años, comentó que los abusos, similares a los que habían padecido sus hermanas, habían comenzado cuando tenía 5 años, y que cuando se quejaba o le reprochaba a su padre para que no la tocara recibía un cruel castigo.
«Llegaba al colegio llorando, me metía en el baño y me lavaba la cara, y si alguien me preguntaba mentía, diciendo que me dolía la cabeza», declaró la menor.
En la audiencia de debate, ante la inminencia de una ruptura familiar definitiva, la esposa del abusador dijo que creía el relato de sus hijas, pero también a su esposo cuando negaba los hechos.
Antes, sin embargo, había explicado que no había realizado la denuncia al enterarse, porque temía que su esposo la hiciera pasar por loca y le sacara a los chicos.
Aseguró que nunca había visto a su esposo tocar a sus hijas, pero que había dejado de trabajar para cuidarlas, y no dormía desde que se había enterado.
Agregó que ponía el secador de piso cruzado en la puerta de la habitación, para escuchar si trataba de llegar al cuarto de sus hijas.
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