Piden 8 años de pena por abuso de niños
Fiscal de Bariloche acusa a un hombre de ultrajar a su hijo y a su hijastra
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal de Bariloche Enrique Sánchez Gavier pidió 8 años de prisión efectiva para un hombre a quien le imputan haber abusado en forma reiterada de la hija de su pareja, desde que la nena tenía 6 años, y del hijo que tuvo con la mamá de la menor de edad, desde que el chiquito tenía 4 años. El defensor del acusado, en cambio, alegó que los hechos se reducirían a un abuso sexual “simple” y que, si eventualmente la justicia los considera probados, igualmente los delitos ya estarían prescriptos, porque los abusos habrían ocurrido antes del 2003. La tramitación de la causa debió superar infinidad de contratiempos para llegar al juicio oral, porque la familia se mudó en 26 ocasiones durante los años que el grupo vivió en esta ciudad, y en la acusación no pudieron fijar con seguridad los lugares en que se habrían producido los ultrajes. En relación a una de las víctimas, el fiscal Eduardo Fernández le adjudica al imputado, un vigilador privado de 35 años, haber abusado de su hijo desde que el nene tenía 4 años y hasta que cumplió 6, aprovechando las oportunidades en las que la madre del menor de edad no estaba en el domicilio. Los abusos denunciados, según la acusación, consistían en tocamientos impúdicos en un marco de violencia y amenazas. Se afirma en la causa que el hombre presuntamente obligaba al niño mediante golpes en el rostro y lo amenazaba con llevarlo a un campo a él y a su madre para matarlos si contaba a alguien lo que sucedía. La acusación refiere que el sospechoso habría comenzado a abusar de la hija de su pareja, nacida en 1989, desde que la niña tenía 6 años de edad y hasta el momento de la separación de la madre de la nena. En este caso los abusos que se describen en la imputación son mucho más ultrajantes y prolongados en el tiempo, y sólo habrían cesado cuando la madre de la menor se alejó del acusado y se fue a vivir a otra ciudad. La mujer denunció los hechos cuando su hija ya tenía 18 años y el hijo de la pareja tenía 11. El acusado habría logrado el silencio de la menor diciéndole que su madre no le creería si contaba lo que sucedía y que sólo lograría causar problemas y que sus hermanos vivieran con padres separados. La investigación de estos hechos se prolongó durante varios años, pero el secreto que la Cámara Segunda imprimió a la causa impidió conocer siquiera los argumentos que sostuvo el fiscal Sánchez Gavier para mantener la acusación por abuso sexual agravado. El defensor Alejandro Pschunder, por su parte, habría respaldado la inocencia que alegó el acusado, y en forma subsidiaria entendió que los hechos habrían prescripto, porque habrían consistido en abusos simples, que se sancionan con pena de 6 meses a 4 años de prisión.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal de Bariloche Enrique Sánchez Gavier pidió 8 años de prisión efectiva para un hombre a quien le imputan haber abusado en forma reiterada de la hija de su pareja, desde que la nena tenía 6 años, y del hijo que tuvo con la mamá de la menor de edad, desde que el chiquito tenía 4 años. El defensor del acusado, en cambio, alegó que los hechos se reducirían a un abuso sexual “simple” y que, si eventualmente la justicia los considera probados, igualmente los delitos ya estarían prescriptos, porque los abusos habrían ocurrido antes del 2003. La tramitación de la causa debió superar infinidad de contratiempos para llegar al juicio oral, porque la familia se mudó en 26 ocasiones durante los años que el grupo vivió en esta ciudad, y en la acusación no pudieron fijar con seguridad los lugares en que se habrían producido los ultrajes. En relación a una de las víctimas, el fiscal Eduardo Fernández le adjudica al imputado, un vigilador privado de 35 años, haber abusado de su hijo desde que el nene tenía 4 años y hasta que cumplió 6, aprovechando las oportunidades en las que la madre del menor de edad no estaba en el domicilio. Los abusos denunciados, según la acusación, consistían en tocamientos impúdicos en un marco de violencia y amenazas. Se afirma en la causa que el hombre presuntamente obligaba al niño mediante golpes en el rostro y lo amenazaba con llevarlo a un campo a él y a su madre para matarlos si contaba a alguien lo que sucedía. La acusación refiere que el sospechoso habría comenzado a abusar de la hija de su pareja, nacida en 1989, desde que la niña tenía 6 años de edad y hasta el momento de la separación de la madre de la nena. En este caso los abusos que se describen en la imputación son mucho más ultrajantes y prolongados en el tiempo, y sólo habrían cesado cuando la madre de la menor se alejó del acusado y se fue a vivir a otra ciudad. La mujer denunció los hechos cuando su hija ya tenía 18 años y el hijo de la pareja tenía 11. El acusado habría logrado el silencio de la menor diciéndole que su madre no le creería si contaba lo que sucedía y que sólo lograría causar problemas y que sus hermanos vivieran con padres separados. La investigación de estos hechos se prolongó durante varios años, pero el secreto que la Cámara Segunda imprimió a la causa impidió conocer siquiera los argumentos que sostuvo el fiscal Sánchez Gavier para mantener la acusación por abuso sexual agravado. El defensor Alejandro Pschunder, por su parte, habría respaldado la inocencia que alegó el acusado, y en forma subsidiaria entendió que los hechos habrían prescripto, porque habrían consistido en abusos simples, que se sancionan con pena de 6 meses a 4 años de prisión.
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