Piden al FMI que cumpla lo que firmó en el acuerdo
El FMI le reclama al gobierno de Kirchner que incremente el 3% de superávit fiscal para el 2004 que destinará al pago de la deuda. "Antes que derramar el beneficio en los acreedores hay que derramarlo
El gobierno argentino espera que el FMI cumpla lo que firmó este año en el acuerdo a tres años y confía en que será anecdótico el conflicto con el organismo surgido de las presiones para que el país aumente el superávit fiscal y destine el excedente a pagarle a los acreedores privados.
«Confiamos en que esto no pasará del terreno de la anécdota», dijo ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al comentar la controversia por el reclamo del FMI al país para que arregle cuanto antes su deuda en cese de pagos.
El ministro coordinador del elenco del presidente Kirchner aclaró en otro momento que si Argentina crece «antes que derramar (el beneficio) en los acreedores, hay que derramar un poco en la gente».
El jefe de Gabinete dijo que «tenemos un acuerdo (con el FMI) y queremos que sea cumplido», luego de haber superado las metas fiscales y monetarias firmadas con la entidad crediticia.
«(A) la persona que no tiene trabajo le cuesta mucho esperar. No es precisamente la situación de quien tiene un bono», destacó el alto funcionario, al referirse a las deudas del país, una de ellas social, con un desempleo de 16,3% en el cuarto trimestre, y la otra financiera, en moratoria por 81.000 millones de dólares.
Argentina propuso a los tenedores de bonos una reducción de 75% en la deuda y formas de pago con un plazo máximo de 42 años, lo cual fue rechazado en forma enérgica y llevó a que las incipientes conversaciones se estancaran.
«Cuando nosotros hablamos de quita parecía una herejía, pero resulta que ahora vienen a plantearnos (en las últimas conversaciones) quitas un poquito menores, por lo cual se demuestra que en la conciencia de todos está que esa deuda era imposible de ser pagada», indicó.
El gobierno de Kirchner cumplió las metas pactadas en el acuerdo de setiembre pasado para refinanciar unos 21.000 millones de dólares con los organismos, a tres años de plazo, pero el directorio de FMI postergó la aprobación con el argumento de que se debe concertar rápido con los acreedores. La reacción del Gobierno el jueves pasado fue abrir a partir del 12 de enero de 2004 un registro formal de tenedores de bonos de la deuda, para saber con quién y por cuánto se deberá negociar, de manera de agilizar el proceso.
Pero el Gobierno rechazó la demanda del FMI de incrementar el 3% de superávit fiscal para 2004 firmado en el acuerdo de setiembre, por considerar que si hay un excedente no debe destinarse a pagar la deuda, sino a sustentar el crecimiento. «Si Argentina crece, crecerá nominalmente su superávit. Lo (…) que le conviene a los acreedores es que Argentina crezca, pero no pedirle un porcentaje mayor de superávit, porque eso significa postergar el crecimiento», que será de al menos 7% este año, tras caer la economía 10,9% en 2002, dijo Fernández.
El ministerio de Economía abrirá en enero oficinas de registro de acreedores en Buenos Aires, Washington, Tokio, Francfort, Roma y Londres, pero advirtió que no pagará a los organismos internacionales ni a los acreedores ni un centavo más de lo que se ha firmado en los acuerdos de setiembre. (AFP)
Fuga de capitales en baja
La fuga de capitales en Argentina ascenderá a unos 5.000 millones de dólares en 2003, con fuerte reducción respecto de los 14.000 millones que se perdieron en 2002, dijo ayer la Fundación Capital (FC). La estimación fue realizada sobre la base de cifras preliminares del movimiento de capitales en el mercado doméstico, según el reporte de la organización de orientación liberal.
El sistema financiero no debería pasar por ajustes mayores a los que se han experimentado, señaló al respecto Jorge Brito, presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), que nuclea a entidades privadas de capital nacional.
En el mismo sentido, Mario Vicens, presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (Abra), que integran las entidades de capital extranjero, dijo que los depósitos bancarios seguirán creciendo en 2004. Carlos Heller, presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados (Abapra), que representa a la banca estatal y la cooperativa, dijo de su lado que los depósitos en los bancos seguirán creciendo, debido al fortalecimiento de la monetización.
La fuga de capitales representa la sangría de fondos por desconfianza en el sistema, giros al exterior y dinero que los particulares dejan de atesorar por los medios convencionales, como los depósitos bancarios o las inversiones, para darle refugio en cajas de seguridad en los bancos o personales.
El gobierno argentino espera que el FMI cumpla lo que firmó este año en el acuerdo a tres años y confía en que será anecdótico el conflicto con el organismo surgido de las presiones para que el país aumente el superávit fiscal y destine el excedente a pagarle a los acreedores privados.
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