Pidieron 8 años para el acusado por un secuestro

Fue en el juicio por la privación de la libertad de una empresaria japonesa.

NEUQUEN (AN)- La fiscalía pidió ayer que se condene a ocho años de prisión a Gustavo Andrés Aragonés, acusado de «partícipe secundario» en el único secuestro extorsivo denunciado en la provincia, y cuyos autores principales nunca fueron identificados. La víctima fue una empresaria japonesa cuyo esposo pagó 30.000 dólares de rescate.

En cambio, el defensor del imputado, Jorge Larrea, pidió su absolución, puso en duda que se haya pagado efectivamente el rescate, y señaló que los autores del secuestro son dos personas que incriminaron a su cliente. La sentencia se conocerá el jueves.

Yaeko Takasoki fue secuestrada en su vivero, ubicado en J.J. Lastra y Mar del Plata, cerca del aeropuerto, cerca de las 10 del 4 de diciembre de 2003. Además de privarla de su libertad, le sustrajeron su Peugeot 306.

Ese auto cambió varias veces de manos hasta que fue hallado por la Policía un mes después. La reconstrucción del recorrido fue lo que permitió llegar a Aragonés.

Según dijo el fiscal Alfredo Velasco Copello en su alegato, antes del mediodía del 4 de diciembre de 2003, es decir una hora después del secuestro, Aragonés le vendió el auto a un sujeto llamado Mario Simón, que también estuvo involucrado en la causa y ahora se encuentra prófugo. Se lo habría entregado por 5.000 pesos y la promesa de más dinero.

Simón partió inmediatamente con el auto hacia Trelew, donde le vendió el auto a un individuo llamado Julio Rolón, quien a su vez se lo vendió a Norberto Blanco, quien se llevó el vehículo a Necochea.

En el interior del Peugeot 306 estaban todos los papeles. Al parecer Blanco desconocía el origen ilícito del automóvil, quiso hacer la transferencia, y tiempo después del secuestro llamó por teléfono a Kasuaki Okinishi, el marido de la mujer secuestrada.

Tuvieron un corto diálogo, hasta que Okinishi le preguntó «¿usted sabe que ese auto me lo robaron?». Entonces Blanco cortó. Pero el teléfono del empresario oriental estaba «pinchado» en el contexto de la investigación, y por eso la Policía pudo rastrear el origen de la llamada. Así, fueron a Necochea, encontraron el Peugeot 306 en poder de Blanco y lo incautaron.

Recorriendo el camino inverso, los investigadores llegaron a Rolón, de allí a Simón y por último a Aragonés, quien fue detenido e imputado por su participación en el secuestro.

Simón también fue detenido, pero luego excarcelado y desde entonces se ignora su paradero.

Otras pruebas que utilizó Velasco Copello contra Aragonés fueron los gastos que el imputado comenzó a realizar después del secuestro, y que según el fiscal, no puede justificar. Entre otros, mencionó la compra de un Fiat Tipo, de una Ford F100, y el proyecto que le comentó a algunos amigos de comprar lotes en Playas Doradas.

Aragonés trabajaba de domador y ocasionalmente vendía animales, pero señaló Velasco Copello que de su propiedad eran solamente «tres o cuatro chivas», y que las últimas operaciones comerciales que hizo datan del 2001.

Nota asociada: «Preso por los dichos de los dos prófugos»

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