Pidieron perpetua para Marcela Inda y que se investigue a Sánchez Diego

El fiscal consideró que es la única responsable.

CUTRAL CO (ACC-enviado especial).- El fiscal de Cámara Héctor Trova pidió ayer una pena de prisión perpetua para Marcela Inda Ruiz a quien consideró la única responsable del crimen de su hijo recién nacido, al que habría parido y asesinado en el baño de la casa donde vivía hasta el 11 de agosto del año pasado.

Trova, además, solicitó al tribunal que ordene una investigación por encubrimiento al matrimonio que conforman el ex diputado sobischista Roberto Sánchez Diego y Adriana Cornet, quienes eran vecinos de la imputada y la asistieron el día del hecho. Las contradicciones en las que incurrieron y media docena de testimonios dejaron a Sánchez Diego y a su mujer en una complicada situación.

El defensor de Marcela Inda Ruiz, Miguel Valero, solicitó una pena de nueve años y avalado por informes periciales concluyó que la parturienta por sí sola no pudo haber concebido a la criatura -que era saludable y pesó cuatro kilos- como tampoco tuvo posibilidades de asesinarlo. Es que para Trova, Marcela Inda Ruiz se encerró en el baño y durante más de media hora tuvo el parto, golpeó salvajemente al bebé, lo mantuvo en silencio al niño y luego lo metió dentro de una bolsa.

Así, según el fiscal, ninguna de las tres personas mayores que se encontraban en la vivienda se dio cuenta de que allí se había cometido un crimen.

El asesinato -cuya sentencia se leerá dentro de una semana en Zapala- ocurrió el último día del niño en el barrio 25 de Mayo de Plaza Huincul. Por el mismo, sólo fue procesada Marcela Inda Ruiz, quien por entonces era administradora de la V Zona Sanitaria. Tras el crimen, la mujer fue llevada en una ambulancia del hospital de Plaza Huincul a una clínica de Cutral Co, previo sospechoso llamado a otro nosocomio.

Cuando los profesionales de guardia se percataron que había concebido un bebé a término, pidieron ver el feto y el médico Roberto Sánchez Diego fue a buscarlo, lo metió dentro de otra bolsa porque la primera chorreaba y lo entregó. En su primera declaración, el médico dijo que había visto al que resultó ser el cadáver, pero que lo había confundido con un muñeco El juicio estuvo muy lejos de aclarar lo que pasó dentro del baño. De hecho la madre del pequeño no declaró. Sin embargo, sacó a la luz sospechosas acciones que se nutrieron de torpes mentiras.

El día del crimen, estuvieron en la casa de Marcela Inda Ruiz, su mamá Josefa Ruiz, y el matrimonio Sánchez Diego.

«Hubo cuatro personas arriba de un barco, se bajaron tres y ahora quedó una sola: dejaron a mi cliente para el cadalso», sostuvo Valero en su alegato.

El defensor cree que el médico, su esposa y la madre de Inda Ruiz edificaron una historia ofi

cial que apuntó a dejar como única responsable a la madre del bebé que era el fruto de una embarazo no deseado. Y el fiscal adhirió en gran parte a esa versión. «Estuvo sola en el baño, con un parto complicado por el tamaño del niño, y nadie escuchó siquiera gemidos», se preguntó Valero, quien cargó contra Sánchez Diego.

«La mendacidad de Sánchez Diego quedó evidenciada, las mentiras tienen patas cortas y así le sucedió a Sánchez Diego que se confundió (…) ingresó al baño antes de ir a la clínica Cutral Co (a llevar a Marcela Inda Ruiz)», agregó el defensor oficial.

Luego de la alocución de Valero, el fiscal Trova pidió la palabra y se disculpó por haber obviado un tema central: las sospechas que le provocaron Sánchez Diego, en primer lugar, y su esposa, en segundo. Fue allí que pidió al tribunal que ordene la investigación por encubrimiento, que volverá a estar en manos del fiscal Santiago Terán, quien estuvo a cargo de la instrucción.

Trova funda sus sospechas en el tiempo que tardó Sánchez Diego en ir desde la clínica hasta su casa a buscar el cadáver de pequeño. Advirtió que ese trámite le demandó entre 40 y 50 minutos, es decir más del doble de lo qu se podría justificar. Cree también que Sánchez Diego podría haberse deshecho de la placenta (que nunca se encontró) en ese interín. ¿Quien cortó las comisuras de la boca del bebé, si fueron post mortem como nos señalan los peritos? -preguntó Trova para fundamentar la ampliación de la pesquisa.

Es que el fiscal dio por probado que el chiquito -que vivió algo más de 20 minutos- resistió una salvaje golpiza, por lo que fue asfixiado mediante la colocación de un elemento que podría ser el extremo de una toalla.

Marcela Inda Ruiz se mantuvo imperturbable durante casi todo el debate, incluso cuando desde entre las fojas del expediente escapaban las fotos de su bebé. Sólo se quebró cuando frente a los jueces se sentó su madre, Josefa Ruiz, quien trazó la historia de vida de la familia, una infancia con orfandad de padre de Marcela.

Sólo se refirió a su nietito muerto como «eso que llevamos a la clínica» y fue poco creíble cuando contó que el 11 de agosto llevó a su hija de urgencia al ginecólogo aunque creía que era un trastorno hepático.

«Todo lo que hice lo hice por mi mamá y por mi hija (de seis años), y lo voy a seguir haciendo», fue lo que se animó a decir Marcela Inda Ruiz antes de que la policía le colocará la esposas.


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