«Pinochet no quería investigar»

La hija menor de Pinochet reforzó ayer la impresión de que el ex dictador chileno estuvo involucrado en el asesinato de su padre, debido a que nunca mostró voluntad de esclarecer el hecho. Por otra parte, la hermana del principal acusado dijo que Arancibia Clavel estuvo en Chile durante el ataque. Declara Bignone.

BUENOS AIRES (DyN).- Hilda Cecilia Prats, hija menor del asesinado general chileno Carlos Prats, también acusó ayer al ex dictador trasandino Augusto Pinochet de «no tener ninguna intención» de investigar e incluso de «haber tenido alguna participación» en el atentado que destrozó a su padre y su madre, mientras una hermana del único acusado, Enrique Arancibia Clavel, aseguró que su hermano estaba en Chile cuando se produjo el crimen.

«Cuando salimos de hablar con Pinochet en el Palacio de la Moneda (casa de gobierno chilena, en Santiago) nos dimos cuenta de que él estaba enterado del hecho» testimonió la tercera hija del general Prats, durante la segunda jornada del juicio oral y público que se sigue en los tribunales de Retiro al único detenido por el caso.

Las tres hijas de los Prats le pedirán en los próximos días a la jueza federal María Servini de Cubría que solicite a Chile la extradición de Pinochet y de otras siete personas, entre las cuales están Manuel Contreras, ex jefe de la DINA (la policía secreta chilena), y Marisa Callejas, la mujer que habría activado la bomba .

Pamela Pereyra, la abogada chilena que representa a las hijas de Prats y colabora con el equipo de Luis Moreno Ocampo, confirmó que «se está trabajando intensamente en los escritos».

Mientras se espera para hoy la presencia en la sala de audiencias del ex presidente argentino de facto Reynaldo Bignone, los integrantes del Tribunal Oral Criminal 6, encabezados por José Martínez Sobrino, escucharon ayer también el testimonio de una hermana de Arancibia Clavel.

Arancibia Clavel fue acusado de ser un agente de la DINA que hizo las tareas de inteligencia sobre la vida de Prats días antes del atentado y «preparó el terreno» para que pudiera llevarse adelante el atentado.

Luego de tirarle un beso a su hermano, María Antonieta Arancibia dijo que su hermano había permanecido en Chile desde el 25 de setiembre de 1973 -días después del golpe militar hasta el 8 de octubre de 1974, una semana después del atentado a Prats. Para probarlo, la mujer leyó su diario personal donde, con un lenguaje infantil, mencionaba al «Tite» – apodo del acusado- en las reuniones familiares.

Sin embargo, el abogado Moreno Ocampo hizo hincapié en las palabras que la joven María Antonieta había hecho el 30 de setiembre de 1974, cuando el general chileno y su mujer fueron despedazados: «Una noticia triste pasó hoy. Asesinaron al general Prats y su señora. Por más traidor que haya sido, no era para morir de la manera que murió». El propio Arancibia Clavel fue escuchado cuando gritaba la noche del atentado: «Así mueren los traidores».


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