Piratas aéreos secuestran avión afgano con más de 140 pasajeros 

Lo capturaron en Afganistán y luego siguieron a Uzbekistán, Kazajstán y Rusia.

Moscu – Un avión afgano fue secuestrado ayer con más de 140 personas a bordo. La odisea aérea incluyó incluso el cruce de toda Europa desde Moscú a Londres. Al cierre de esta edición la máquina aterrizó en la capital británica.

Horas antes había partido de Moscú y se dirigió hacia Europa Occidental, sin un aeropuerto concreto de llegada. En principio se decía que bajarían en Londres, pero luego comenzaron a barajarse otras opciones como Frankfurt, Madrid o París.

La nave fue tomada por un comando opositor al gobierno de Afganistán que pide la liberación de un dirigente político. Cumplía un vuelo doméstico entre Kabul y Mazar-i-Sharif, al norte de Afganistán cuando perdió contacto con la torre de control.

No obstante, portavoces de la Alianza Antitalibán que combate al régimen de Kabul negaron toda responsabilidad en el secuestro y citaron a pasajeros liberados para informar que el jefe del comando de los secuestradores era Gula Aja, del Frente Islámico Nacional.

La aeronave desapareció misteriosamente y surgió de nuevo en poder de los secuestradores que amenazaron en Tashkent, capital de Uzbekistán, con hacer estallar una bomba.

Testimonios de diez pasajeros liberados allí revelaron que los terroristas eran seis, armados con pistolas, granadas de mano y cuchillos. Otras versiones oficiales de Uzbekistán y Kazajstán cifraron el número de secuestradores en ocho, diez y hasta veinte.

En Tashkent, los secuestradores pidieron 181 raciones de comida y el total suministro de combustible al aparato, según informó la agencia de noticias rusa Interfax, que citó portavoces del departamento de Transporte Aéreo de Uzbekistán.

El Boeing estuvo cuatro horas y media en Tashkent, donde la tripulación informó de que se le había negado «por mal tiempo» el aterrizaje en su punto de destino, Mazar-i-Sharif.

Desde Tashkent, el Boeing 727 partió hacia Aktiúbinsk, Kazajstán. En esta ciudad, quedó estacionado al final de la pista y fue inmediatamente rodeado por fuerzas especiales de seguridad, pero horas después despegó tras proveerse de agua, combustible y alimentos.

Allí liberaron a otros tres rehenes. «Han pedido combustible, comida para 150 personas y los partes meteorológicos de Rusia y Ucrania», añadió un portavoz poco antes de que el Boeing 727 despegara de Aktiúbinsk con destino incierto.

Un aeropuerto

Fuentes gubernamentales de Kazajstán manifestaron que los secuestradores propusieron a la tripulación que eligieran como destino final entre Moscú, San Petersburgo o Kiev.

Aktiúbinsk se halla exactamente a mitad de camino en línea recta entre Tashkent y Moscú, que distan entre sí 2.500 kilómetros.

A las 20.20 hora local (17.20 GMT), la aeronave entró en el espacio aéreo de Rusia en dirección hacia Moscú. La nave aterrizó en el aeropuerto Sheremétievo-1 de Moscú, después de 15 horas de periplo por tres países de la antigua Unión Soviética y allí liberaron a 10 personas.

Fuerzas de asalto de la unidad especial antiterrorista «Alfa» que fueron puestas en alerta máxima tras la entrada de la aeronave en el espacio aéreo de Rusia rodearon inmediatamente el aparato.

Los sistemas de defensa antiaérea también siguieron la ruta del Boeing 727 durante todo su vuelo sobre Rusia.

«El servicio de seguridad aérea de Rusia ha tomado las medidas necesarias» para el aterrizaje del aparato, anunciaron fuentes de la aviación civil citadas por la agencia oficial Itar-Tass.

Un portavoz del ministerio ruso de Situaciones de Emergencia dijo que la tripulación pidió permiso a la torre de control para tomar tierra en Sheremétievo-1, pese a que otras fuentes dijeron que su destino final podría ser Londres.

El destino definitivo posterior es «una capital europea, posiblemente Londres», reveló Itar-Tass.

Un país marginado

Durante todo el día se sucedieron las versiones sobre el número de pasajeros, 151 según unos y 166, 173 y 178 de acuerdo con distintas informaciones oficiosas.

Hasta su reaparición en Tashkent, fuentes de las milicias talibán que gobiernan Afganistán y controlan el 85% del país estimaban que se había producido un accidente. Ocurre que los aviones afganos tienen prohibido salir de su espacio aéreo por las sanciones impuestas en noviembre pasado por la ONU para presionar al régimen talibán a entregar al millonario Osama bin Laden, buscado internacionalmente por terrorismo.

Los primeros temores sobre un posible accidente se basaron en el pobre mantenimiento de los aviones afganos, tras un accidente en marzo de 1998 de otro Boeing 727 de Ariana en el que perecieron sus 43 ocupantes.

Las primeras informaciones del secuestro partieron de medios oficiales de las milicias talibán y fueron confirmadas posteriormente por fuentes de aviación civil de Uzbekistán.

Informaciones de los servicios de seguridad kazajos indicaron que los secuestradores anunciarían sus exigencias «cinco minutos después de despegar» de Aktiúbinsk, pero no lo hicieron.

La agencia de noticias Prensa Islámica Afgana (PIA), con base en Pakistán, informó de que los secuestradores habían exigido la puesta en libertad del ex gobernador Ismail Jan.

Prestigioso jefe de la oposición afgana, Ismail está detenido por los talibán en Kabul.

Quién es Jan

Jan, de etnia tayika, era el gobernador de la provincia de Herat, en la frontera con Irán, cuando el movimiento talibán lanzó una ofensiva contra grupos de oposición con bases en el norte del país.

Era también el comandante supremo, además de Herat, de las provincias de Ghor y Farah, en el sudoeste del país.

Los sobrevivientes de los combates han dicho que Jan era un gobernante respetado porque procuró poner fin a los saqueos, ultrajes y asesinatos que siguieron al colapso del gobierno central del país durante el avance de los talibanes, integrado por estudiantes fundamentalistas, hacia la capital Kabul.

La oposición afgana, que tiene una oficina en Tashkent, se desvinculó del secuestro.

«Condenamos cualquier acto de terrorismo», dijo Abdalá.

Los controladores de vuelo perdieron contacto con el vuelo de Ariana Airlines después de que el Boeing 727 despegó del aeropuerto de Kabul para realizar un trayecto de una hora, dijo el mullah Hamidula, presidente de la aerolínea estatal. Estuvo desaparecido por tres horas antes de aparecer en la capital de Uzbekistán. El gobierno talibán previamente ha acusado a Uzbekistán de ayudar a la oposición, integrada en su mayoría por las minorías étnicas de Afganistán, entre ellos uzbekos, tayikos y musulmanes chiítas.

(EFE y Reuters)


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