Plottier y Senillosa exportan cebolla a Brasil y Europa 1-4-03

Roberto Abate y Gustavo Muñoz, de la Cámara de Productores de Plottier y Senillosa, explicaron la iniciativa. NEUQUEN (AN).- Veintiocho productores de Plottier y Senillosa pondrán esta temporada en el mercado unas dos mil toneladas de cebolla, de las cuales se calcula que entre el 50 y el 60% se exportarán a Europa y Brasil. El negocio representa un millón de pesos por facturación, y de esa cifra el volumen exportable representa 160 mil dólares. A mediano plazo, la zona apunta a convertirse en un polo de producción frutihortícola diversificada -cebollas, zapallos, frutas de pepita y carozo y fruta fina como principales atractivos-, con una oferta que satisfaga las exigencias de los clientes del exterior. En esta etapa se procura afianzar los clientes del exterior, al tiempo que se consolida el cultivo y se materializa la sustitución de compras extraprovinciales, mientras se generan más de 200 puestos de trabajo en plena temporada. La cebolla que se comercialice en el mercado interno vale unos 490 mil pesos, con lo cual los productores superarán con amplitud los 216 mil pesos que en tres cuotas -la última en febrero pasado- distribuyó el Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo como apoyo a la iniciativa. El proyecto nació como iniciativa de la Cámara de Productores de Plottier y Senillosa que encabeza Roberto Abate, con el asesoramiento técnico del agrónomo Ricardo González Junyén -de la facultad de Ciencias Agrarias de la UNC-. La cámara se planteaba la sustitución de cultivos para el subsector hortícola de la zona sobre la base de las favorables condiciones cambiarias del país, apuntando a satisfacer una demanda genuina de los clientes del exterior. El diseño del proyecto es responsabilidad de «tres jóvenes integrantes de la cámara», dijo Abate: Hugo Cofré, Claudio Foigel y Andrés Ifversen. Además de los productores, la cámara y el equipo de asistencia técnica, la cuarta pata está constituida por la comercializadora, la empresa rionegrina Ecofrut. El dirigente se entusiasmó con el importante componente de asociatividad del emprendimiento, dado que todos los participantes desempeñan un papel activo en el proceso, «y es la primera vez que productores hortícolas se unen para trabajar en conjunto». Inclusive la cámara facilita sus instalaciones para la selección de la producción. Se trata de 18 productores asentados en el ejido rural de Plottier y 10 en el de Senillosa, que suman una superficie total de 42,5 hectáreas. Esta primera cosecha recolectará unas 90 mil bolsas de 22 kilogramos cada una, que se venderán a 3,5 dólares las que se exporten -alrededor del 60%- mientras que el costo para el mercado interno es de 11 pesos, «con tendencia a aumentar». El ciclo productivo demanda unos 150 días, incluyendo la etapa de cultivo de almácigos a cielo abierto que se hacen en un predio común de tres hectáreas. Se trabaja con tres variedades, dijo Abate: sintética 14, brava y grano de oro, todas de «catáfilas» -o capas- cobreadas. Gustavo Muñoz, también integrante de la cámara, subrayó el «trabajo de los productores», que rescataron un cultivo que ya tiene más de 25 años de historia en la zona Plottier-Senillosa. En la actualidad hay 25 puestos de trabajo que demanda la fase de selección -en el mercado de Plottier-;se estima que cada establecimiento demanda otros dos empleos permanentes y en el momento culminante de la cosecha la ocupación es de unos 150 operarios durante 15 días. Finalizadas la recolección y selección, comenzará la comercialización a cargo de Ecofrut -una empresa formada por Rosauer, Santarelli, Olano y Cooperativa La Esperanza-, que demandará cinco meses, desde abril hasta agosto. La cámara realizará la supervisión del proceso de venta dado que tiene la «responsabilidad» en la comercialización de la cebolla.


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