Pocos se animan a denunciar la violencia laboral

Hace unos meses se rescató del archivo de la Legislatura rionegrina un proyecto de ley. Se encuentra hoy en la comisión de Sociales y será analizada esta semana. Hasta ahora, muchos empleados sólo se atreven a denunciar los casos en voz baja.

VIEDMA (AV)- La violencia laboral sigue siendo un padecimiento para mucha gente, sobre todo mujeres. La crisis económica y de valores que se vive alienta el aumento de este perverso modo en un marco de necesidad laboral que soporta hasta las últimas consecuencias. Para muchos no queda otra opción frente a una situación contra la que no existe ninguna protección. En el caso de la administración pública podría pensarse que el tema está contemplado en la Ley de la Función Pública, lo cual es tan cierto como que no se ha conocido actuación en este sentido que demuestre que esa actitud es irregular que afecta el derecho de las personas y que discrimina.

Las pruebas están a la vista. Cada vez son más las mujeres y también los hombres que se animan a denunciar este tipo de hechos pero en otros ámbitos en busca de soluciones que nunca llegan porque las herramientas dispuestas para que esto suceda no se utilizan como corresponde. Otros tantos sólo se atreven a la denuncia en voz baja a modo de confidencia y hasta con un importante grado de culpa. Nada más como para aliviar en algo la pesada carga.

Pocas se animan a denunciar a pesar de ser conscientes de antemano que quedarán indefensas y sin el trabajo que se necesita porque hay hijos, cuentas que pagar o simplemente porque trabajar es un derecho.

 

Insultos y sábanas

 

Hoy no es un secreto que funcionarios públicos inseguros de su capacidad para conducir el lugar asignado maltratan a sus empleados trasfiriéndoles el miedo que sienten de dejar de sentarse en ese sillón, único lugar que parece darles importancia en la vida. Tampoco son secretas las invitaciones a la intimidad, claro, exhibiendo siempre el poder como si esto fuera la única garantía de lograrlo. Lentamente las denuncias aumentan en este sentido pero todo sigue igual. La pulseada sigue del lado del poder y las víctimas terminan pagando los costos.

Hace unos meses -casi amarillento y con polvo- se rescató del archivo de la Legislatura un proyecto de ley en este sentido que nadie supo explicar cómo llegó a ese lugar.

Con algunas modificaciones se encuentra hoy en la comisión de Sociales presidida por el diputado radical Alfredo Lasalle.

Cuando esta semana se retome la actividad legislativa dirigentes gremiales estatales serán invitados para analizar el proyecto aunque desde los sindicatos ya se han manifestado coincidencias en este sentido ante la realidad que atienden a diario. Es más el mismo gremio UPCN fue el que en el 2.001 presentó un proyecto de ley sobre el tema que nunca llegó al recinto.

Nota asociada: Sanciones correctivas Es abuso de poder

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