Podría ser la elección más reñida de la historia 26-4-03

El gobierno confía en un desarrollo normal de los comicios

Recta final para un momento clave en la historia de la democracia argentina. Buenos Aires (ABA).- Si los resultados que auguran las encuestas se confirman en las urnas de mañana, la elección presidencial 2003 puede ser la más pareja de la historia de la democracia argentina. El país tiene una larga tradición de triunfos holgados, con diferencias que superan por lo menos los diez puntos porcentuales entre el primero y el segundo. Pero la división del peronismo coloca a las fuerzas partidarias que competirán mañana en condiciones de paridad inauditas. Hay que remitirse a 1916 para encontrar una distancia acotada. En aquella oportunidad, la primera elección con voto obligatorio y secreto, el radical Hipólito Yrigoyen obtuvo el 45,59 por ciento de los votos, contra el 42,20 que sumó la coalición de fuerzas conservadoras; es decir, hubo una diferencia de 3,39 puntos. La actual crisis del bipartidismo puede provocar otro récord en estas elecciones: la polarización más baja desde que rige el voto obligatorio. Según una estadística del Centro de Estudios Nueva Mayoría, el promedio histórico de la polarización electoral, o sea la suma entre las dos primeras fuerzas, es del 81,4 por ciento. La polarización más baja del siglo XX se registró en 1963, cuando fue electo Arturo Illia, oportunidad en la cual el primero y el segundo reunieron apenas el 41,55%. Con el peronismo proscrito, la UCR venció a la UCR Intransigente por 25,15% a 16,40 por cientos. Paridad y diferencia Juan Domingo Perón fue el presidente que logró ser electo con una diferencia más amplia, al sacarle a la UCR 37,44 puntos de distancia. A pocos meses de que fuera elegido Héctor Cámpora, en 1973, y luego de aplicarse la ley de acefalía, el General Perón llegó a su tercer mandato con el 61,86 por ciento de los votos, mientras que Ricardo Balbín sumo 24,42. En 1952, el peronismo logró el récord argentino de porcentual de votos, al obtener 62,49%. En tanto que en 1928, Irigoyen venció al conservadorismo por casi 30 puntos (57,41 a 24,89). Las elección más pareja, después de la de 1916, fue la del «63, cuando Illia sacó una ventaja de 8,75 puntos. En el resto, otras 13 elecciones, siempre existió una diferencia entre el primero y el segundo de más del 10 por ciento de los votos. En las última etapa democrática, inaugurada en 1983, tampoco hubo mucha paridad. Alfonsín ganó por casi 12 puntos; Menem por 15 (en 1989) y 20 (en 1995); mientras que Fernando de la Rúa derrotó a Eduardo Duhalde en el «99 por exactamente 10,10 puntos. Incluso en esta época la polarización fue alta, a pesar de la aparición del Frepaso como fuerza capaz de romper el bipartidismo. En 1995, el PJ sacó el 50 por ciento de los votos, Octavio Bordón (Frepaso) salió segundo con 29,90% y Horacio Massaccesi (UCR) arañó el 15%.

Gonzalo Alvarez Guerrero

Bipartidismo histórico «La polarización electoral ha sido extremadamente alta en la historia argentina. Recién en las últimas elecciones se rompió el bipartidismo, que estuvo concentrado entre radicales y conservadores primero, y entre peronistas y radicales después. Por eso, los comicios del 2003 serán singulares: cinco fuerzas disputan el poder con escasa diferencia de votos», señala el consultor Rosendo Fraga, director de Nueva Mayoría. La polarización superó el 90 por ciento en las elecciones de Ortiz (1937), Perón (1946 y 1952) y Alfonsín (1983). Mientras que fue mayor al 80 por ciento en cinco oportunidades. ¿Ballottage por primera vez? Aunque pocos lo recuerden, esta será la quinta oportunidad en que los argentinos concurrirán a las urnas con un sistema electoral de primera vuelta. Sucede que en las anteriores cuatro experiencias, la elección de definió en el primer término, sin necesidad de recurrir al ballottage. «Si no tenemos una gran sorpresa, elegiremos presidente en segunda vuelta», destacó el consultor Jorge Giacobbe. En 1973, luego de que Lanusse modificara la Constitución, se estableció sistema de ballottage. Entonces ganó el Frejuli -alianza encabezada por el PJ- con el 49,5%. La UCR, segunda con el 21,3%, renunció a competir en segunda vuelta, en vista que a Cámpora sólo le faltaba medio punto. Ese mismo año, luego de la dimisión de Cámpora, la fórmula Perón-Perón se impuso con el 62 % de los votos. La reforma constitucional de 1994 reestableció el ballottage, con la característica de que alcanzando el 45% se gana en la primera vuelta y desde que se llega al 40% también, si hay 10 o más puntos de ventaja. Con este sistema ganó Menem en el «95, sacando un 20% más de votos que Bordón. Cuatro años más tarde, la Alianza derrotó al PJ con una diferencia del 10,10 % (ABA)

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