Polémica clausura de lavadero en Rincón

RINCON DE LOS SAUCES (ARS).- La clausura de un lavadero de vehículos particulares y rodados petroleros, abrió una fuerte polémica sobre el destino final de los barros empetrolados que derivan de ese tipo de aseo.

Hace una semana, un empleado de la firma Petrobras, denunció a Oil SRL, de contaminar parte del predio de la productora con petróleo.

Inmediatamente, se hicieron presentes en el lugar inspectores municipales que, a primera vista, lograron constatar un líquido viscoso sobre la propiedad de Petrobras.

Según consta en el acta, el líquido con contaminantes provenía del lavadero (lindante con la compañía) por lo que en un primer momento se dispuso un plazo de 48 horas para limpiar las piletas de decantación y el predio.

Sin embargo, una vez enterado el Juzgado de Faltas local a cargo de la abogada Soledad Rangonne dispuso la clausura del establecimiento de manera preventiva hasta que se analicen las pruebas del líquido en un laboratorio químico. Uno de los propietarios del local, Francisco Anaya, explicó a «Río Negro» que en el acta de inspección, los funcionarios municipales dudan de que se trate de líquidos contaminantes ya que al final del escrito oficial, citan que «aparentemente» son barros empetrolados.

«Nos clausuraron por un supuesto y no por un hecho concreto», manifestó. Desde la familia a cargo del establecimiento, incluida una concejal justicialista, aseguraron que «el lodo que se observa en Petrobras es del alud que inundó toda esta zona», con relación del fenómeno climático ocurrido el pasado 28 de febrero.

Desde el municipio, el Director de Control Urbano, Oscar Puel, informó que «las empresas que generan o trabajan con ese tipo de barros, deben hacerse cargo de sacarlos del predio sin contaminar la ciudad».

Ayer, el lavadero en cuestión se transformó en un campo de batalla legal, ya que la municipalidad

arribó con un abogado, funcionarios, un escribano y hasta la policía, para interrumpir definitivamente la actividad comercial dentro del predio.

Por la parte sancionada, también había un escribano y el representante de una abogada. El lavadero quedó con custodia policial y ambas partes promete litigios mutuos.