Polémica entrega de llaves de la Agencia de Desarrollo en El Bolsón

EL BOLSON (AEB) El representante del intendente, Néstor Capano, para el proyecto de la planta de tratamiento de residuos recibió finalmente las llaves de su oficina. Fue cuatro días después que el jefe comunal, Oscar Romera (UCR), hizo cambiar las cerraduras en la Agencia de Desarrollo El Bolsón – El Manso, dejando afuera no sólo a Capano sino también al resto de entidades representadas en el directorio del organismo.

El secretario de Economía municipal, Walter Forestier, llegó con el manojo de llaves e inmediatamente -molesto por la presencia de periodistas- demandó:

– «Acabemos con el circo». Atacó así directamente a Capano por no haber concurrido al despacho de Romera a buscar las llaves tras el cambio de cerraduras, a lo que el ex legislador radical respondió que no lo hizo porque hubo «violación de domicilio» y no quería hacerse responsable de lo que faltase o «sobrase» en la oficina.

En el lugar, además de Capano y Forestier, se hallaban Marcelo Contardi (Agencia de Desarrollo), Patricia Terrazas, Mario Alvarez (Cámara de Comercio), Claudia Cobelo (INTA), Paola Sanna (Frente Grande) y Cristina Martínez («Sentir»).

La relación entre Romera y Capano, hecha de sonrisas y acuerdos apenas en diciembre último, entró en franco deterioro cuando el último de los nombrados hizo pública su adhesión al Frente para la Victoria. Convertido ahora en candidato a intendente por el FpV se transformó en blanco de las impulsividades de Oscar Romera, quien para justificar el cambio de cerraduras dijo que se veían caras extrañas entrar y salir del local.

Marcelo Contardi, en diálogo con «Río Negro», aclaró que efectivamente, la Agencia de Desarrollo, por definición es un espacio abierto a la comunidad y que cualquiera puede llegar con su propuesta o inquietud «porque para eso está».

Forestier no desaprovechó los minutos para cuestionar lo realizado en relación a la planta de tratamiento de residuos:

– «Evidentemente éste fue un lugar donde no se trabajó, de lo contrario la situación no hubiera sido así».

Lo que siguió fue un prolongado altercado verbal, por momentos grotesco, que concluyó con la firma de un acta donde Forestier manifestó que las llaves «se encontraban disponibles en la oficina del intendente desde el martes».