El jurado popular declaró culpable a Miguel Salinas por el homicidio de Lucrecia Lescano

Después de casi tres horas de deliberación, los 12 ciudadanos y ciudadanas votaron de manera unánime declararon culpable del delito de homicidio agravado por alevosía. El hecho ocurrió hace 14 años atrás.

Un jurado popular declaró culpable a Miguel Armando Salinas del delito de homicidio agravado por alevosía, contra su expareja Lucrecia Lescano, un hecho ocurrido hace 14 años atrás. El ahora culpable había sido absuelto, sin embargo ese juicio fue anulado y se ordenó uno nuevo, pero Salinas estuvo diez años prófugo y recién fue capturado en febrero de este año en Tucumán.

El hecho ocurrió en julio de 2008 en Neuquén aunque el cuerpo de Lucrecia Lescano fue hallado semienterrado a 15 kilómetros de El Chocón, días después.

Una vez que Miguel Armando Salinas fue traído desde Tucumán hasta Neuquén después de permanecer diez años prófugo, fue acusado por el delito de homicidio agravado por alevosía ante un jurado popular.

Este sábado por la mañana y después de cinco días de escuchar testimonios aportados por las partes, se concretaron los alegatos de clausura. La fiscal jefe Sandra González Taboada y Gastón Liotard, explicaron a los 12 ciudadanos por qué debían declarar a Salinas, culpable de haber asesinado a su expareja Lucrecia.

«Prometimos que íbamos a acreditar que Salinas mató a Lucrecia, ejecutó un plan, la violentó y la asesinó en su casa de la calle Palpalá, en Neuquén. La golpeó en el ojo derecho como la fuerza suficiente para dejarla inconsciente», dijo González Taboada. Después le hizo cortes en distintas partes con un cuchillo hasta que la mató. La llevó a un lugar de difícil hallazgo para «que no la encuentre nadie».

Por su parte, Liotard recordó que la víctima, según testimoniaron sus familiares, era «buena, componedora, sumisa» y que hubo una bisagra en su vida que fue cuando conoció a Salinas en Tucumán, de donde son oriundos ambos. La pareja tuvo una hija y un hijo. Es precisamente la hija mayor que se constituyó como querellante en búsqueda de la justicia para su mamá, a quien perdió cuando era una niña.

El fiscal Liotard le recordó al jurado que hubo en el juicio pruebas que confirman que el asesinato ocurrió en la casa de Salinas; que se encontró uno de los aros de perlas que usaba; el intenso olor a lavandina que había en la vivienda; la muestra de sangre en el respaldo de una cama; y la prueba de luminol en la pared.

«Es irrefutable la prueba científica», aportó González Taboada y recordó todas las pruebas que se hicieron en el auto que usó Salinas para trasladar a Lucrecia hasta Villa El Chocón, donde la dejó semienterrada. Luego, devolvió el vehículo que había pedido prestado.

Desde la querella, el abogado Gustavo Olivera explicó que la hija de Lucrecia a quien representó, tenía 8 años al momento del hecho y su hermano 4. Les pidió a las ciudadanas y ciudadanos que tomen una decisión con perspectiva de género. «Ustedes 12 pueden dar un ejemplo, que pueda servir para hacerle justicia a Sol, a su hermano y a toda la familia», subrayó.

El abogado de la defensa, Braulio Zelarrayán volvió a plantear que la investigación fue «enmarañada» y que hubo «prueba plantada de la policía para sacar a la prostitución» del ojo de la investigación. En las audiencias Zelarrayán puso en foco de atención que Lucrecia ejercía la prostitución -situación que no fue negada por la fiscalía ni la querella- y que no se investigó a quienes regenteaban las casas de masajes de Neuquén, en las que estaba vinculada la víctima. Pidió que Salinas sea absuelto por el beneficio de la duda.

Antes de que el jurado pase a deliberar, el acusado pidió hablar una vez más. La jueza Patricia Lúpica Cristo que dirigió el debate, le permitió hacerlo y le recordó que ya había declarado en dos oportunidades.

«Está todo plantado», fue lo que dijo Salinas. «En el primer allanamiento no se encontró nada. No fue en mi domicilio porque no coincide», agregó. Para el ahora culpable, «se plantaron las pruebas» y «yo estaba haciendo mi vida. Le pedí el auto (a un amigo) para salir y volver y eso fue todo». Agregó que en el diario íntimo de Lucrecia «no figura que yo le pegaba».

Finalmente, el jurado pasó a deliberar y después de casi tres horas emitió el veredicto de culpabilidad para Salinas por el delito de homicidio agravado por alevosía. Hubo aplausos en la sala de la Oficina Judicial de Cutral Co, donde se llevó a cabo el juicio.


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