TESTIMONIOS: Quienes pasaron por ese dolor acompañaron a Julieta

VIEDMA (AV).- Madres y Padres del Dolor de Río Negro y de Buenos Aires acompañaron a la familia de Atahualpa en la marcha de ayer. Sin poder contener las lágrimas estuvieron allí para dar fuerzas ante el dolor interminable. Desde ese lugar, lamentablemente común, de la pérdida irreparable en la que la lucha por pedir Justicia fortalece y permite mantenerse en pie.

Para todos fue volver al peor momento de sus vidas pero coincidieron en destacar la necesidad del acompañamiento de la gente y de que se aporte la información que se tenga sobre el hecho para llegar a él o los culpables.

Muy cerca de Julieta Vinaya -la mamá de Atahualpa- se la observó a Filomena Tolosa, una viedmense que inició las marchas aquí pidiendo Justicia por el homicidio de su hijo Fredy Pazos hace casi 17 años, crimen por el cual fueron condenados a prisión perpetua dos policías. «Hoy me parece que lo de mi hijo fue ayer, pero quiero acompañar a la mamá de Atahualpa, a quien conocía de pasar por mi casa todos los días. Quiero darle fuerzas y esperanzas que habrá Justicia», dijo.

Los padres de Verónica Díaz, la jovencita viedmense que murió tras recibir una inyección de «Yectafer» adulterada, también acompañaron. «Seguimos esperando Justicia para que esto no le pase a nadie más», sostuvo Nicolás Díaz.

Ulises González y su esposa Susana, padres de dos de las jóvenes asesinadas en el primer triple crimen de Cipolletti ocurrido hace casi 11 años marcharon también ayer en Viedma. «Esperamos que se haga Justicia, el reclamo constante de los familiares», señaló ayer.

Desde Buenos Aires participaron de la marcha Gumercinda Giménez, (madre de Judith); Dolores de Monti (de Ezequiel); Romina y Norma Labor (madre y tía de Vanesa).


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