Un robo y una muerte en Río Colorado que movilizó y posicionó políticamente

El brutal ataque a Chichí Luzarreta en el 2005 aún resuena en la ciudad. De ese hecho se desprendieron varias carreras políticas y también un sospechoso apuñalado en el penal de Roca.

A casi 13 años del violento robo que le costara la vida a Nélida Juliana “Chichí” Luzarreta de Grill (71 años), que sacudió a las estructuras sociales y políticas de Río Colorado y sirvió de trampolín para el lanzamientos de otros, sus familiares recuerdan y reviven los dramáticos hechos con suma tristeza.

Tras varios años de terapia Graciela Noemí Grill (expresidente del Concejo Deliberante y exlegisladora), la mayor de tres hermanos, hija de la víctima, carga en su memoria los momentos duros con el fatal desenlace de su mamá. (Ver aparte)

Cerca de la medianoche del 16 de septiembre del 2005, la exfuncionaria, junto a su madre y una amiga de la familia, habían concurrido a la fiesta de la Independencia Chilena que se hacía en barrio Unión.

Pasada las 23, luego de la cena, tras no poder persuadirla a Chichí Grill de que se quedara a dormir en la casa de su hija, debido a que su esposo, Emilio Alfredo Grill, estaba en el campo (donde comercializaba cueros), decidieron llevarla hasta su casa en calle Sarmiento.

Al llegar al lugar, en la vereda estaban golpeando la puerta los hermanos Graciela y Javier Arias, buscando a los propietarios. En ese momento dijeron que tenían la intención de comercializar unos cueros de animales que tendían en su poder.

Tras la primera reacción de sorpresa la mujer fallecida los reconoció de otras transacciones anteriores y les permitió el ingreso al interior de la vivienda.

Su hija Graciela también los había conocido, por haberles brindado asistencia social en su domicilio en barrio Unión.

Hasta ese momento nada parecía fuera de lo normal, excepto el horario para concretar el negocio.

Una vez en el interior, comenzó el calvario para Nélida.

Los hermanos Arias, que tenían el dato de que el matrimonio contaba con una suma importante de dinero, comenzaron a golpearla brutalmente y maltratarla, exigiéndole la plata que supuestamente estaba en algún lugar de la casa.

Los delincuentes actuaron con saña. La ataron, la amordazaron ferozmente con una camiseta, cosiéndola para asegurarse de que la mujer no pudiese pedir ayuda, y antes de tirarla al piso boca abajo le arrancaron algunas joyas.

Durante varios minutos los Arias revolvieron toda la casa en busca de la plata, pero al final debieron conformarse con unos 300 pesos y un anillo de la víctima.

Tras el frustrado atraco, los hermanos estaban listos para abandonar Río Colorado.

Los ladrones habían planeado el golpe con anticipación: tenían dos boletos de micro para emprender la fuga hacia la provincia de Buenos Aires.

Nélida, muy dolorida por el maltrato, se reincorporó y con esfuerzo logró sacarse la mordaza y comenzó a gritar pidiendo ayuda. Una vecina la escuchó, la auxilió y llamó a la policía y el hospital.

Durante su traslado al nosocomio Chichí Grill brindó detalles de sus agresores, lo que le permitió a la policía poco tiempo más tarde dar con los hermanos Graciela y Javier Arias antes de la fuga.

Aunque estaba en estado de shock y con dolores por el maltrato, parecía que la mujer estaba fuera de peligro. Igualmente fue trasladada hasta el hospital José Cibanal.

Esa noche Graciela Noemí y su hija Belén se habían quedado cuidándola hasta el día siguiente, cuando recibiría el alta.

Pero cerca de las 5 de la mañana la historia tuvo un desenlace fatal, porque los golpes y la posición tirada en el piso le habían provocado a Nélida un edema pulmonar, que le terminó costado la vida.

Trampolín político

Carlos Pilotti se autopostuló a intendente en las marchas.

“Pasaron muchos años para que yo pudiera hablar del caso”

Graciela Grill se siente en parte responsable por lo que pasó.

Sentada en el living de su casa, Graciela Noemí Grill, integrante de una conocida familia de Río Colorado, tanto en lo político como en lo social, vuelve a repasar la historia. En algunos pasajes la voz se le entrecorta y hasta se ven algunas lágrimas que corren por su mejilla por la violenta pérdida de su madre, aún muy presente en sus recuerdos.

“Después de aquel doloroso día, pasaron muchos años para que yo pudiera hablar del caso. También me llevo años de terapia, porque me siento responsable de lo que le pasó a mamá. Porque no la pude convencer que esa noche se quedara en casa a dormir, porque estaba sola y papa estaba en el campo. Pero ella se negó dejar su casa sola por la noche.”

Y agregó “cuando llegamos a la casa vimos que esas dos personas estaban golpeando la puerta. Incluso se acercaron hasta el auto para preguntar por los dueños, porque querían venderles cueros. Y mi mamá les abrió la puerta porque los conocía. Y yo en algunas ocasiones había asistido a la mujer. Por eso me fui confiada. Que me iba a imaginar lo que venía después. Además después de dejar a la otra vecina, volví a pasar por el frente de la casa y parecía que todo estaba bien. Nunca me imagine lo que estaba sufriendo mamá.”

Y también recordó: “esa misma noche que falleció estaba yo cuidándola en el hospital. Todo lo sucedido y ese dolor que aún llevo en el corazón, me perturbó muchos años. Recién ahora puedo contar lo que viví sin quebrarme. Incluso cuando fui electa diputada provincial , fue como una salida a una seguidilla de momentos dolorosos que viví en mi familia”, comentó Graciela a “Río Negro”.

“Mi mamá murió de un edema pulmonar horas después y a consecuencia de haber estado amordazada, de no haber estado bien oxigenada”.

No obstante, la autopsia realizada a Chichí no ligó la causa de la muerte al grave asalto sufrido por la mujer horas antes y por lo tanto los imputados no fueron acusados de homicidio.

“Me siento responsable de lo que pasó. No la pude convencer de que esa noche se quede en casa a dormir, porque estaba sola”.

Graciela Grill, exlegisladora, hija de Chichí.

Uno de los hermanos, apuñalado en el Penal

Los atacantes buscaban dinero, que no hallaron en la casa.
Archivo

Fotos: Archivo

Jorge Tanos

Datos

Dos años antes del brutal hecho, Juan Villalba se había convertido en el nuevo intendente de Río Colorado y junto a él Graciela Noemí Grill se transformó en la presidenta del Concejo Deliberante de Río Colorado por la Unión Cívica Radical junto a Fabián Villagra.
En 2007, Villalba fue reelecto en el sillón comunal y Graciela Grill fue elegida como legisladora provincial por el circuito de Valle Medio, por la Alianza Concertación para el Desarrollo, junto a Jesús Zuain y Luis Eugenio Bonardo del FpV.
Tras la finalización del mandato regresó a trabajar en la municipalidad de Río Colorado, donde se jubiló en 2015.
En 2003, a pocos días de la muerte violenta de Nélida Juliana Luzarreta, el empresario cárnico Carlos Alberto Pilotti, convocó a una marcha para reclamar Justicia y sumar más personal a la Comisaría local. Esa misma noche y sin militar en ningún partido político, motivado por la convocatoria Pilotti se autopostuló como candidato a intendente y comenzaba así su carrera política, que en junio 2011, obteniendo el 59% de los votos, para arrebatarle el puesto a Villalba.
“Me siento responsable de lo que pasó. No la pude convencer de que esa noche se quede en casa a dormir, porque estaba sola”.
Uno de los acusados fue asesinado en la cárcel.
En el caso se realizaron dos juicios para condenar a los hermanos Arias acusados de asalto a mano armada y no de homicidio.
El primero fue para Graciela Arias, ya que su hermano Javier, imputado por el violento hecho, estaba prófugo luego de haberse escapado del Penal 2 de Roca.
En 2010 Javier Alejandro Arias, de 26 años, fue hallado en su cama, “tapado y limpio”, con las marcas evidentes de las puñaladas que acabaron con su vida en la madrugada.
El joven detenido fue asesinado en el Establecimiento Penal, por Juan Marcelo Rosas, de 24 años, quien admitió haber apuñalado a su compañero de celda.
“Dijo que Arias lo quiso abordar sexualmente en horas de la madrugada”, confió el jefe penitenciario.
Esa misma versión habría dado Rosas al por entonces juez de feria, Pablo Iribarren, quien se hizo presente en el penal para dirigir los primeros pasos de la investigación. Arias, Rosas y otros cuatro hombres compartían la celda donde ocurrió el crimen.
Uno de ellos contó que la víctima “se acostó herido, se durmió y se murió”.

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