Policías dirán que quisieron salvar a Torres

Los cuatro detenidos por la muerte del preso piensan deslindar responsabilidades en otros uniformados

ROCA (AR).- La estrategia de los uniformados del Servicio Penitenciario Provincial que se encuentran detenidos por la muerte del interno Pablo Torres, quien falleció luego de recibir una brutal paliza en la ex alcaidía de Roca, apuntaría a determinar que nunca le pegaron a la víctima sino que por el contrario, intercedieron para que el resto de los efectivos detuvieran la desigual agresión física.

A medida que pasan las horas se van conociendo nuevas declaraciones, tanto de los involucrados en el hecho como de los internos y familiares de las víctimas. Todo hace presumir que no sólo los cuatro detenidos habrían estado involucrados en el hecho, sino que por lo menos otros 15 uniformados habrían tenido algún tipo de protagonismo -directo o indirecto- en la violenta agresión que se desató tras el intento de fuga detectado el lunes por la noche.

Una fuente cercana a tres de los cuatro suboficiales imputados señaló ayer que a la hora de la agresión los acusados se encontraban realizando sus tareas de vigilancia en las garitas ubicadas en uno de los paredones de la ex Alcaidía.

Pero aseguró que en ningún momento agredieron a los internos, sino que por el contrario, habrían descendido del paredón para lograr que el resto de los efectivos -que habitualmente se desempeñan en el interior del penal- dejen de golpear tanto a Pablo Torres como a José Yáñez, quienes ya se encontraban reducidos y en el suelo.

«Es más, desde el patio interno se fueron caminando. Eso indica que la golpiza la recibieron en el interior del edificio», comentó ayer un allegado a los detenidos, quienes podrían declarar ante el juez Rubén Norry, recién la próxima semana.

Los involucrados en el hecho se encuentran a disposición del magistrado y se les inició una causa por homicidio calificado.

Los efectivos -que tendrían entre 22 y 27 años- fueron detenidos el martes por la noche, luego de confirmarse el fallecimiento del interno quien estaba condenado a 18 años de prisión por el crimen del comerciante de Cipolletti, Ricardo Suriani.

«No es un caso aislado»

Por otra parte, un informe del Observatorio de Derechos Humanos reveló que la muerte de Torres no es un caso aislado sino la fatal consecuencia de un estado de violencia constante en el Penal de Roca.

En conferencia de prensa, representantes del Observatorio presentaron ayer un informe que describe las condicones infrahumanas en las viven los internos.

En el documento se expresa que «la higiene es un problema general» y que cucarachas, pérdidas de agua, problemas cloacales, falta de inodoros, escasa ventilación y artículos de limpieza insuficientes, conforman el panorama en los pabellones.

La comida es otra faltante para los presos junto con la proporción de servicios médicos. «Hay personas que no salen al patio a recibir luz natural desde hacen siete meses», evidenció el informe.

Según se detalló, las requisas se hacen en «El Buzón» y son el momento donde la violencia aumenta. «Son realizadas por personal encapuchado, con palos. Los hacen desnudar y los sacan al lugar donde reciben las visitas», se manifestó agregando que los maltratos, insultos y golpes son comunes.

Se señaló también que los talleres laborales no están funcionandos por lo que la inactividad de los reclusos es total.

Por otra parte, se reveló que la inseguridad no es sólo sufrida por los internos sino también por las visitas que reciben. El informe relata el caso de una representante de la Pastoral Carcelaria quien fue «interceptada y maltratada» por la policía del lugar.

Referentes del Oservatorio visitaron nuevamente el penal ayer y constataron la persistencia de un clima tenso.


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