Liberaron a una de las mujeres mapuches: «Nos apuntaron con armas y nos dijeron que nos tiremos al piso o nos mataban»

Celeste Ardaiz Guenumil recuperó la libertad ayer por la tarde. Cumplía prisión preventiva en Carmen de Patagones. Recuerda el momento del desalojo aquel 4 de octubre del año pasado.

“Estabámos por hacer nuestra rogativa en el rewe, como todas las mañanas. Eran las 7 cuando escuchamos una balacera. Cuando quisimos acordar, empezaron a entrar los milicos y nos apuntaron con armas. Nos dijeron que nos tiremos al piso o nos mataban”. Celeste Ardaiz Guenumil recuerda con detalles esa mañana del 4 de octubre del año pasado, cuando el comando unificado irrumpió en el predio de Villa Mascardi.

Los integrantes de la comunidad Lafken Winkul Mapu lograron escapar, pero los efectivos policiales detuvieron a seis mujeres y a sus hijos. Dos ellas fueron liberadas. Ayer, ocho meses después, se conoció que Ardaiz Guenumil había recuperado la libertad. Mientras tanto, Betiana Colhuan, Romina Rosas y Luciana Jaramillo continúan con prisión preventiva en la ruka mapuche al este de Bariloche.

“Esa mañana yo estaba con mi bebé de un mes. Los milicos me patearon una cunita y me preguntaban qué tenía ahí. Mi nena de 5 años abrió el cierre y les dijo que era de su hermanita. Fue horrible”, cuenta Ardaiz Guenumil que destaca “la violencia y el odio con que ingresaron al predio”.

“Así fueron agarrando a las otras mujeres y denigrándonos. Mi hija más grande, de 9 años, se asustó con los disparos y salió corriendo para el monte. Mientras corría, le disparaban. Nosotras estábamos en la ruta sin saber lo que estaba sucediendo”, detalla.

Recuerda también la llegada al lugar de la jueza federal Silvina Domínguez y la fiscal federal Cándida Etchepare. “Le pedimos que dejen de tirar balas. Todo se iba agravando. La jueza nos respondió que les iba a indicar que no tiraran con balas de plomo”, sostiene.

Ardaiz Guenumil es paciente de la machi. Y por esa razón, asegura, se encontraba en Mascardi desde hacía un tiempo. “En Mascardi nació mi hija. Volvimos a la forma antigua en que nacía nuestra gente: en una casa acompañada por una partera mapuche. Mi bebé tiene ahora 9 meses”, expresa.

La mujer permaneció detenida en la ruka mapuche hasta marzo, cuando su abogada defensora Andrea Reile logró su traslado, junto a sus tres pequeñas hijas, a Carmen de Patagones, donde vive su familia. “La situación en la ruka es de total hacinamiento. En un primer momento fue bueno estar juntas, acompañando a nuestra machi. Sosteniéndonos. Pero la situación se agravaba con el invierno y, por eso, decidí venirme a Patagones. Para descomprimir”, dice.

Asegura que los últimos ocho meses fueron muy duros y define el operativo de Villa Mascardi como “una transgresión y un retroceso enorme”. “Hablamos de un estado que celebra sus 40 años de democracia. Es evidente este racismo, esta colonización por parte de los terratenientes, como ha sido desde siempre con la historia de nuestro pueblo. Que nuestros hijos estén viviendo todo esto es triste. Ojala esta lucha sirva para que haya un Nunca Más, para que no haya más represiones en las comunidades ni hostigamiento a las familias”, advierte la mujer de 31 años.

En relación a la mesa de diálogo que se llevó a cabo en el edificio de la exEsma en Buenos Aires, Ardaiz Guenumil destaca que el gobierno reconoció tanto a la machi como al rewe como un espacio ceremonial de salud. “Es un avance importante para nuestro pueblo. Deja el precedente de que las machi están en nuestro pueblo. Pero todavía las lamngen no están en libertad, hay gente en la clandestinidad y el comando unificado se supone que resguarda el rewe aunque fue profanado. El daño que han hecho es tremendo”, expresa.

Cuando se le consultó sobre el acuerdo con el gobierno nacional que estipula la devolución del rewe, la construcción de tres viviendas en el predio del exhotel de Parques Nacionales, la reubicación de la comunidad en un predio cercano y el abandono de Parques Nacionales de la causa como querellante por usurpación, esperó que no haya más dilaciones. “Esto no termina acá. Habrá que ver dónde se reubicará a la comunidad en el Guillelmo. El estado desmembra a las comunidades aunque la propuesta fue aceptada porque lo importante es que la machi esté en el rewe. Queremos retornar al territorio y vivir como mapuche”, concluye.


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