Por amor a la camiseta

Tommasi, volante de la Roma, prefirió recibir el sueldo mínimo, a pesar de tener otras ofertas, para poder seguir en el club.

ROMA (DPA) – El ejemplo del volante de la Roma, Damiano Tommasi, quien prefirió percibir el sueldo mínimo, 1.500 euros al mes (1.880 dólares), a pesar de tener otras ofertas, para no abandonar su equipo,dejó al descubierto que en el millonario fútbol italiano existen futbolistas que sólo juegan por amor a la camiseta.

Los medios italianos destacaron con amplios espacios el inusual gesto de Tommasi, 31 años, jugador de la Roma desde 1996 y uno de los artífices del «scudetto» conquistado por el equipo capitalino en 2001.

A pesar de tener ofertas de otros equipos, como el Mallorca español, Tommasi optó por ganar el mínimo sindical establecido para la Serie A antes que abandonar el equipo.

El que fuera también jugador de la selección italiana sufrió el año último una importante lesión en la rodilla que le obligó a estar una temporada fuera de los terrenos de juego y casi a decir adiós al fútbol.

Tommasi, aunque recuperado para esta temporada, sabe que sus condiciones físicas no le ayudarán a aguantar muchos partidos y por ello decidió que lo mejor era seguir en la Roma, pero ganando el mínimo para no pesar en el presupuesto de la sociedad.

«Para mí, este es un nuevo inicio y me siento emocionado. Espero que no se arrepientan los que han vuelto a confiar en mí», comentó el jugador, que desde siempre destacó por su solidaridad co los más necesitados, como con el proyecto que comenzó hace tiempo para ayudar a los niños de Kosovo, en los Balcanes.

La prensa nacional destaca, sobre todo, la gran diferencia entre el caso Tommasi y el de Antonio Cassano, al que la Roma está en peligro de perder a fines de año, ya que el delantero no acepta la propuesta de renovación de contrato que le hace el club, y que le reportaría 3,5 millones de euros (4,3 millones de dólares) al año durante cinco campañas.

Cassano pretende más dinero. El sueldo mínimo establecido en Italia para los futbolistas de la Seria A es de 26.625 euros brutos al año (33.398 dólares), 18.424 euros netos (23.111 dólares), lo que supone un sueldo de 1,535 euros al mes (1.880 dó

lares), prácticamente lo que gana un trabajador medio en el país, por lo que Tomassi ya se ganó el sobrenombre del «jugador obrero».

Pero en la liga italiana existen otros ejemplos de jugadores que se han rebajado el sueldo para poder jugar en su equipo preferido.

Uno de estos ejemplos es el delantero de la Lazio Paolo Di Canio, de 37 años, que para volver a jugar con el equipo que amaba desde pequeño ha preferido renunciar a 750.000 euros al año (940.000 dólares).

El sueño de Di Canio era terminar su campaña en la Lazio, donde comenzó, y a pesar de que el equipo inglés del Charlton, donde jugaba desde hace 7 años, le ofrecía un millón de euros por temporada (1,2 millones de dólares), una buena cifra, sobre todo, teniendo en cuenta su edad, no lo dudó ni un momento y abandonó Gran Bretaña para jugar con el equipo romano, convirtiéndose en el ídolo de la afición.

Otro caso de amor por la camiseta es el del delantero del Livorno Cristiano Lucarelli, uno de los máximos goleadores de la pasada temporada con 24 goles con el Livorno, recién ascendido en Serie A, y que renunció a los 500.000 euros (627.000) más al año que le ofrecía el Torino por quedarse en su ciudad natal y en su equipo.

En Italia se recuerda también la historia del argentino Fernando Redondo, quien poco después de su pase al Milan en 2000 sufrió una grave lesión que le hizo perder dos temporadas.

Entonces, decidió renunciar a todo su sueldo, que era de 4,9 millones de euros al año (6,1 millones de dólares), mientras esperaba su recuperación.

Redondo incluso quiso devolver al club milanés el auto y la casa que le habían regalado, algo que no aceptó la sociedad y un gesto que incluso llegó a conmover al frío presidente del Milan, Adriano Galliani.


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