«Por Chagas mueren 50.000 al año»

El 24 de abril en esta sección apareció una carta de Carlos Segovia, quien adhiere a las manifestaciones del senador Pichetto.

En este mismo sentido podemos hablar de otro flagelo similar, el mal de Chagas- Mazza, que no admite discusiones de ninguna naturaleza por tratarse de algo bastante antiguo. Tanto es así, que el planisferio que indica las zonas infectadas deja muy pocas partes limpias. Pienso que solucionar estos problemas que hacen a la calidad de vida de un gran porcentaje de votantes debería ser una de las mayores preocupaciones de la dirigencia política que maneja los fondos del Estado, con los que se combaten estas maldiciones si son bien usados.

El mal de Chagas mata por año directamente a 50.000 personas y puede quedar latente en un individuo por muchos años; daña el corazón y los sistemas nervioso y digestivo, ocasionando además infinidad de sufrimientos. El flagelo lo porta el Tripanosoma cruzi y lo transmiten ciertas chinches y fundamentalmente la vinchuca. Tan difundido está en el mundo este mal, que Estados Unidos tiene 500.000 infectados y la contaminación llega hasta Canadá.

Todo esto parece una sanata sacada de internet pero no: en nuestro país, en las provincias norteñas se baten récords, como es el caso de Santiago del Estero y Chaco, donde los enfermos superan el 25% de la población. En el último caso la cifra puede superar el porcentaje.

Esto no admite discusiones y nos da derecho a referirnos a ciertos políticos, siendo uno de los casos más notables el de Elisa María Avelina Carrió. Esta brillante intelectual, mística y cruzada, surgió a la fama nacional cuando era parte del radicalismo que en ese momento capitaneado por el Dr. Alfonsín formaba un grupo de dirigentes brillantes. Esta señora de 53 años desertó de esas filas y fundó el ARI, en el que perdió su hegemonía aunque no tuvo inconvenientes en coquetear con distintas derechas e izquierdas; eterna denunciante y convencional constituyente que frecuentemente habla de «ética y justicia social», se olvida del Chaco que la parió, la educó y en su momento la votó.

Voté muchas veces y resultó pescado podrido; no obstante estos personajes, en aras de la democracia seguiré ejerciendo ese derecho a pesar de ejemplos como éste en los que el cúmulo intelectual desgraciadamente no se ve plasmado en el accionar político dedicado a grandes causas como la salud y la educación.

Rodolfo Darriba, LE 7.560.897

Cipolletti


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