Por culpa de los violentos

26 días después, El Monumental volvió a ser un estadio de fútbol. Pero para nada convencional, y todo por responsabilidad de «Los Borrachos del Tablón».

Por exigencia de la jueza Martínez Vega, a instancias de la fiscal contravencional Claudia Barcia, la dirigencia que encabeza José María Aguilar debió levantar nada menos que una muralla de madera, que por primera vez en la historia de la institución dividió al estadio de la parte social del club.

La inédita resolución tuvo que ver con los graves enfrentamientos que protagonizaron las dos facciones de «Los Borrachos…» en la zona de quinchos de River, y que no terminaron en tragedia de milagro.

Otra: la Justicia abrió una nueva investigación que tiene en la mira a la dirección directiva millonaria, por supuesto delito de administración fraudulenta. La sospecha tiene que ver con la contratación de un grupo de empresas por la construcción de dos gimnasios, uno para el fútbol amateur y otro para el voley, un frontón de tenis y el estacionamiento del club.


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