«Por esta injusticia perdí a mi hijo, lo que más quería»

¿Qué edad tenés?

– «33 años».

¿Dónde naciste?

– «En Cipolletti».

¿Cómo fue tu vida?

– «Fue muy difícil. Mis padres se separaron cuando tenía unos cinco años. Yo quedé en la calle, me crié en la calle. Sufrí mucho, dormía en las veredas como muchos chicos y pasé muchas cosas feas. En una oportunidad, una familia me encontró dentro de una caja de un televisor. Ellos me dieron cariño. Después estuve en hogares. Nunca hubo una familia que me adoptara. Después llegué al hogar Santa Genoveva de Neuquén».

¿Ahí conociste a Carmen Marvovecchio?

– «De ella no me acuerdo. Pasaron muchos años. No digo ni que sí ni que no. Yo estaba en plena juventud, tenía problemas familiares».

¿Y cuando viste la foto de ella después de los crímenes, tampoco te acordaste?

– «No. Recorrí todos los hogares de Neuquén. Conocí muchas caras, muchas asistentes sociales. No me quedó ninguna persona en especial».

¿Con alguna psicóloga tuviste algún problema, o que te hayas enojado?

– «No. Es muy difícil acordarme de un momento como ese».

¿Tu familia te sigue apoyando?

– «Lamentablemente perdí todo. Mi señora vino un par de veces y después no la vi más. A mi hijo hace como seis meses que no lo veo. Por ahí mi padre viene, también mi hermano. Pero lo que más quería que era mi hijo, lo perdí por esta injusticia».

¿Por qué tu señora no te sigue viendo, si supuestamente estaba con vos cuando se cometían los crímenes?

– «Con todo esto, sufrió la presión de la gente que la iba a ver para preguntarle por mí. Hoy en día sufre ataques de nervios, se desmaya… Ahora ella no viene».

Estar detenido por un caso como este, ¿Te puede llegar a traer problemas con otros internos?

– «Lamentablemente corro un pequeño peligro, porque es algo fuerte para la gente que está acá adentro. Es cierto… corro peligro. Por eso me tienen fuera de la población».

¿Alguna vez te cruzaste con El Clavo dentro de la cárcel?

– «No. Me han dicho que estuvo acá detenido (actualmente está en Viedma). La única vez que me lo crucé fue en el primer juicio».

¿Ahí pudieron charlar algo?

– «Nunca hablamos nada, a pesar que estábamos al lado. Esa fue la primera vez que vi a ese hombre».

¿Cómo ocupás el día en la cárcel?

– «Tanto en el día como en la noche, estoy en un lugar relativamente cómodo. Hago trabajos manuales y le rezo mucho a Dios. Trato de estar tranquilo».

¿Te sorprendió el día que el querellante pidió tu detención?

– «No me lo esperaba. Durante un mes nunca falté a ninguna audiencia y no me iba hasta que no me decían 'Sandoval, se puede retirar'».

Si estabas libre y hubieras sabido que te condenaban a perpetua, ¿te hubieras escapado?

– «No. Desde un principio dije que soy inocente y quiero demostrarlo».


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios