Por la luz que me alumbra : Glosario cibernético 26-4-03
Memoria RAM: es la memoria temporal de la computadora. Sería algo así como la memoria para los hechos cotidianos de los humanos. Si ésta no funciona correctamente, suele suceder que queremos acordarnos del nombre de un actor que tenemos dibujado en la mente y no nos sale. Recurrimos al nombre de la última película… pero tampoco… ¡ése, casado con…!, y seguimos patinando en vacío. ¡Ahhhhhhhh! Exclamamos al acordarnos dos días después, cuando estamos en el dentista con la boca abierta y en medio de un tratamiento de conducto, haciéndole caer el torno en el fondo de nuestra garganta. Todo esto indica que nuestra memoria RAM se está quedando sin velocidad, es decir que nos acercamos a los 50 abriles y, de paso, que tendríamos que habernos cuidado mejor la dentadura. Disco duro: parecido a los discos de pasta que tienen esa característica y nos traen a la memoria viejas melodías. El disco duro de la computadora es en el que se archivan los documentos. Sería como la memoria histórica y cruel que nos permite acceder al color exacto de nuestra primer bicicleta, el perfume de los paraísos en nuestra niñez y el aroma de las papas fritas que cocinaba la abuela y que al mediodía automáticamente borraba al de los paraísos y ahora, por prescripción médica, tenemos prohibido hasta el recuerdo para que no nos suba el colesterol. E-mail: forma de enviar cartas que nos hizo creer equivocadamente que nuestros amigos nos iban a escribir más seguido sin imaginarnos que, por el contrario, nos escribirían tantos desconocidos. Las direcciones suelen ser un hermético conjunto de letras separadas por la @ que nos cuesta horrores dictar por teléfono. Ej: dhajarnnn con hache después de la d, jota y ene final, arroba clust con te final punto u i b larga, punto es, todo en minúsculas. (dhajarn@clust.uib.es). Todo esto repetido un par de veces, después de que del otro lado nos griten ¿eh? ¿¡Cómo?! ¿Qué? Aunque elijamos un nombre sencillo como Carlitos, el servidor, con millones de direcciones, nos sugiere: «Este nombre ya está registrado, le sugerimos: cArLiTo$/wz300/033». Por supuesto, uno acepta, total es gratis, incluso probamos en otros servidores hasta que acumulamos cinco direcciones de las cuales no nos acordamos el nombre de usuario y muchísimo menos la contraseña. Delete: tecla de francas actitudes negativas. Retrocede y borra y nos saca nuestros peores sentimientos omnipotentes al poder hacer desaparecer lo que no nos gusta de un solo golpe. Control z: comando de arrepentimiento por abusar de la tecla delete. Equivale a tres Padrenuestro y dos Ave María. Después de presionarla todo vuelve a cero y podemos volver a equivocarnos. Horacio Licera hlicera@rionegro.com.ar
Memoria RAM: es la memoria temporal de la computadora. Sería algo así como la memoria para los hechos cotidianos de los humanos. Si ésta no funciona correctamente, suele suceder que queremos acordarnos del nombre de un actor que tenemos dibujado en la mente y no nos sale. Recurrimos al nombre de la última película… pero tampoco… ¡ése, casado con…!, y seguimos patinando en vacío. ¡Ahhhhhhhh! Exclamamos al acordarnos dos días después, cuando estamos en el dentista con la boca abierta y en medio de un tratamiento de conducto, haciéndole caer el torno en el fondo de nuestra garganta. Todo esto indica que nuestra memoria RAM se está quedando sin velocidad, es decir que nos acercamos a los 50 abriles y, de paso, que tendríamos que habernos cuidado mejor la dentadura. Disco duro: parecido a los discos de pasta que tienen esa característica y nos traen a la memoria viejas melodías. El disco duro de la computadora es en el que se archivan los documentos. Sería como la memoria histórica y cruel que nos permite acceder al color exacto de nuestra primer bicicleta, el perfume de los paraísos en nuestra niñez y el aroma de las papas fritas que cocinaba la abuela y que al mediodía automáticamente borraba al de los paraísos y ahora, por prescripción médica, tenemos prohibido hasta el recuerdo para que no nos suba el colesterol. E-mail: forma de enviar cartas que nos hizo creer equivocadamente que nuestros amigos nos iban a escribir más seguido sin imaginarnos que, por el contrario, nos escribirían tantos desconocidos. Las direcciones suelen ser un hermético conjunto de letras separadas por la @ que nos cuesta horrores dictar por teléfono. Ej: dhajarnnn con hache después de la d, jota y ene final, arroba clust con te final punto u i b larga, punto es, todo en minúsculas. (dhajarn@clust.uib.es). Todo esto repetido un par de veces, después de que del otro lado nos griten ¿eh? ¿¡Cómo?! ¿Qué? Aunque elijamos un nombre sencillo como Carlitos, el servidor, con millones de direcciones, nos sugiere: "Este nombre ya está registrado, le sugerimos: cArLiTo$/wz300/033". Por supuesto, uno acepta, total es gratis, incluso probamos en otros servidores hasta que acumulamos cinco direcciones de las cuales no nos acordamos el nombre de usuario y muchísimo menos la contraseña. Delete: tecla de francas actitudes negativas. Retrocede y borra y nos saca nuestros peores sentimientos omnipotentes al poder hacer desaparecer lo que no nos gusta de un solo golpe. Control z: comando de arrepentimiento por abusar de la tecla delete. Equivale a tres Padrenuestro y dos Ave María. Después de presionarla todo vuelve a cero y podemos volver a equivocarnos. Horacio Licera hlicera@rionegro.com.ar
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