Por las obras, a pesar de las resistencias

Seguidad laboral

Miguel Ríos Lodoli es técnico en Seguridad de Higiene de una contratista que asesora a empresas, principalmente en la construcción. Para él significa toda una vocación porque, desde su tarea, con casco blanco, se puede aportar un granito de arena en la mejora de condiciones laborales y de los trabajadores.

Debe estar preparado para actuar, junto a los albañiles, soportando frío, viento, lluvia o calor. Así se trate de un pequeño emprendimiento o de un edificio en propiedad horizontal.

En las edificaciones debe velar para que se cumplan con la instalación de elementos de protección personal de los obreros de la construcción.

Su tarea consiste en verificar el armado de andamios, que reúna todos las exigencias como un correcto nivelado evitando que cuando los trabajadores estén en un segundo nivel de la estructura de hierro se vean obligados a hacer equilibrio.

“Con dos cuerpos de andamio -apunta- empieza el riesgo, por lo tanto el andamio debe estar firme, contar con una escalera libre para ascenso y descenso de personal, se tienen que emplazar dos tablones por nivel de altura, uno de los cuales tiene que se utilizado para la apoyatura de las piernas y el restante para colocar los materiales”.

Agrega que “si los tablones son de madera deben estar atados con alambre, y con los de hierro no hay inconvenientes porque tienen uñas que van encastradas, y en caso de que los andamios tengan más de dos metros de altura, los empleados deben trabajar con un arnés colocado”.

Los obradores que suele visitar ya le permitieron obtener su propia composición de lugar: “algunas empresas todavía no ven que la seguridad es una inversión, como si fuera el seguro del auto, y en las obras chicas también cuesta hacer entender la situación”.

A veces debe experimentar algunas pequeñas molestias propias de la profesión, y que él toma con humor. “Un día estábamos observando una obra el capataz, el delegado de la Uocra, y yo. Vimos que se nos venía encima una cucharada de mezcla desde el segundo piso. Me pegó en el pecho y deduzco que no fue un descuido. Piensan que los controlo, pero estoy para preservar su seguridad”, contó riéndose.


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