«Por más espacios verdes»
En los últimos años hemos observado una disminución de los espacios verdes de la ciudad de Neuquén. Muchos árboles han desaparecido de su paisaje, trayendo consigo un deterioro del ambiente, que se ha manifestado en una reducción de la humedad atmosférica y un aumento de la temperatura y contaminación. Muchos murieron de pie, por causas naturales o por la acción de plagas y enfermedades, otros debido al avance incesante del crecimiento urbano, fueron quedando ahorcados entre el cemento y el asfalto que terminó por asfixiarlos, muchos de ellos sucumbieron a los fuertes vientos que azotan esta ciudad.
Las áreas verdes o denominados espacios verdes, repartidos racionalmente en las ciudades, hacen el papel de áreas reguladoras del medio ambiente y además actúan como correctores de ciertos efectos nocivos originados por el urbanismo.
Los árboles plantados en una ciudad no sólo mejoran el aspecto del paisaje urbano, sino que proporcionan un sinnúmero de beneficios a sus habitantes: atenúan la densidad del ruido y sonidos molestos, sirven de barrera evitando la dispersión aérea de partículas como el polvo, humo y hollín, absorben el dióxido de carbono y restituyen el oxígeno a la atmósfera, favorecen la regulación de la temperatura en áreas específicas (dan sombra) y ayudan a la eliminación o reducción de olores desagradables.
Ante esta realidad a la que nos enfrentamos y tomando en cuenta el refrán popular «es más fácil amansar que quitar mañas», se debe poner un mayor énfasis en establecer programas de «silvicultura urbana», obteniéndose con ellos mayores beneficios en cuanto a que se establece un criterio técnico en su manejo (ubicación, tipo de especie, características del medio y de la especie, mantenimiento, etcétera) y de «concientización» dirigidos a los niños y jóvenes, ya que son el presente y futuro, enfocándose a que se constituyan en agentes multiplicadores de un nuevo rol social, que conciban al árbol como un compañero inseparable en el desarrollo de la sociedad. En esta carta quiero adherirme a la de Jorge Roldán: «Neuquén, selva de cemento», del día 3 de febrero del 2008.
Magdalena Quirno Costa, DNI 24.840.868
Ing. Forestal – Neuquén
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