¿Por qué la última crisis no golpeó a la Argentina?

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En muchas oportunidades se escuchó a nuestro gobierno nacional y popular argumentar que la Argentina se encuentra “blindada” frente a los problemas internacionales. La justificación se lleva a la última crisis financiera (de septiembre del 2008, con la caída de la banca Lehman Brothers) y sus efectos sobre el país. En principio podemos decir que la Argentina no fue arrastrada por la última crisis financiera, como sí les sucedió a otras naciones (si bien en el 2009 las estadísticas privadas dan cuenta de que no crecimos), porque no estaba (ni está) integrada al mundo y esto, en definitiva, no deja de ser una clara señal de subdesarrollo. • Por un lado hay que decir que nuestra economía es cada vez más dependiente de la exportación de granos y sus divisas son las que permiten mantener un fluido ingreso de dólares al país despejando posibles dudas entre los inversores en el corto plazo. Al no ser un país industrializado, los efectos de las crisis que hoy sufren Europa y Estados Unidos no golpearon de lleno sobre nuestro territorio. Tomado en forma aislada, éste es un dato positivo. Pero si hacemos una reflexión algo más profunda, decir que la economía argentina depende de la exportación primaria de alimentos nos lleva retroceder algo más de ocho décadas, cuando el país se mostraba con ese privilegio ante el mundo: una señal de lo poco que hemos avanzado en este sentido. • Por otro lado hay que remarcar que los efectos de la última crisis financiera no se sintieron con fuerza porque la Argentina se encuentra entre los pocos países del mundo que se mantienen en default. Está imposibilitado de tomar deuda y por ello no ingresó en el sistema financiero internacional con opciones que sí afectaron a otros países. También este dato, en forma aislada, se puede calificar de positivo; sin embargo, hay que dejar claro que la falta de financiamiento imposibilitó el desarrollo del país pese a que su economía alcanzó un crecimiento promedio anual del 8% en los últimos nueve años.