Por un día volvió la «trilla» al norte neuquino
Es una antigua actividad para separar la paja del trigo destinado a la elaboración de harina. Los jinetes hicieron una demostración.
CHOS MALAL (ACHM)- Separar la paja del trigo es una labor campesina tan antigua como el dicho, y se la denomina trilla. El fin de semana, como si fuera en la inmensidad del campo y el tiempo no hubiera pasado, se realizó en el marco del Segundo Encuentro Campesino una trilla que fue disfrutada a pleno por cientos de espectadores. Fue en homenaje a las familias que desde antaño han realizado esta labor para obtener la harina para el pan y el ñaco.
Ayer, durante la última jornada de la fiesta, más de mil personas rodearon el predio donde se realizaron durante toda la tarde diversas actividades que tuvieron como protagonistas al hombre y la mujer de campo. Hubo jineteadas de capones, destrezas criollas, carrera con obstáculos y concursos de esquila, de trompos, de amasado de tortas fritas y también de hilado con uso.
La que más interés despertó fue la trilla. Esta actividad se ha realizado históricamente en la zona norte, que en otros tiempos poseía una notable producción triguera.
Del trigo se obtenía la harina para hacer el pan, las tortas fritas y el ñaco, y se transformó sin lugar a dudas en el cereal alimentario más importante de la zona norte, en tiempos en que no había lugar dónde comprar y la gente de campo vivía del trabajo de la tierra y de los animales.
Con el paso de los años, algunos trabajadores rurales lograron un empleo fijo para aportar a la economía del hogar y la harina, entre otros productos, dejaron de elaborarse en forma casera.
Pero aún hoy, en distintos puntos de la región se continúa con la tradición que se vio reflejada en el encuentro campesino.
En un escenario natural de parcelas de tierra con frondosos árboles, canales, pequeñas pasarelas rudimentarias y amplios espacios en los cuales realizar las labores, se dispuso una «era» destinada a la trilla, que el público pudo disfrutar en toda su magnitud.
La era es una superficie circular variable en amplitud según sea la cantidad de trigo que se va a disponer en el lugar para trillar. Como a esta altura del año no hay trigo la demostración se concretó con pasto.
El ritual se hizo acotado, dado que en el campo todo comienza con la siembra y cuando llega la madurez del grano se efectúa la cosecha. Se realiza en forma manual y utilizando una hoz o «hechona».
El trigo cortado se junta y se lo carga a un carro tirado por equinos, y par evitar que se disperse se lo ata con sogas y se lo traslada hacia la «era» surcada de postes o estacas en donde se tienden los alambres necesarios con el fin de que los animales apisonen el trigo realizando una ronda y no se escapen.
Unos 6 o 7 jinetes montados en sus caballos ingresaron a la era y comenzaron a galopar primera hacia una dirección y luego hacia la otra sobre el trigo.
Luego de la trilla propiamente dicha continúan otras faenas, entre ellas lo que se denomina «avienta» que consiste en lanzar al viento lo que quedó después de la última remolienda donde se separa la paja del trigo.
Luego se coloca el cereal en las bolsas y en algunos lugares continua siendo tradición el reparto mitad y mitad entre el patrón y el que realiza el trabajo.
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