Por un proyecto universitario para Río Negro

MARTA BORDA (*)

Especial para «Río Negro»

Río Negro necesita de un proyecto universitario que contribuya a la integración del sistema educativo provincial y al desarrollo económico y social de las diferentes regiones que conforman su amplio y diverso espacio territorial. El cuestionamiento al proyecto de ley del Senador Miguel Pichetto de creación de la Universidad Nacional de Río Negro –al que contribuí con otros compañeros en su elaboración–, es poco serio y superficial. No se trata de mejorar el presupuesto de los asentamientos rionegrinos de la UNC sino de desarrollar un programa universitario de carreras, investigación y extensión acorde con las necesidades del desarrollo rionegrino e integrado al sistema educativo provincial. De la Provincia depende la educación inicial, la educación básica, la secundaria, la superior no universitaria. El proyecto universitario debe contribuir a la mejora de todo el sistema educativo provincial. No se trata de aumentar el presupuesto de las sedes de Bariloche o Viedma de la UNC, sino de preguntarnos qué carreras universitarias requiere el desarrollo de las regiones donde esas ciudades son cabeceras. Bariloche es ilustrativo, es por excelencia una región turística y además la ciudad argentina con mayor cantidad de científicos y tecnólogos en relación a la población, y la UNC sólo ofrece las carreras de educación física y biología, y los primeros años de las ingenierías. ¡ No casualmente se radicó la universidad privada FASTA y a partir de este año iniciará actividades la Universidad Tecnológica Nacional ! Lo hicieron ante la ausencia de un plan estratégico de la UNC para esa región. En definitiva, las legítimas preocupaciones sobre esta cuestión no son casuales, resultan de hechos concretos, no de posiciones ideológicas o dogmáticas: la querida UNC no ha brindado una atención satisfactoria a todo Río Negro. No se trata de un debate en abstracto, como no lo fue nuestra defensa de la acreditación de la calidad de la carrera de Agronomía de la UNC, la única del país que no fue sometida a una evaluación externa por parte de expertos, porque así lo decidieron sus autoridades.

No se trata de construir un muro entre Río Negro y Neuquén. Como tampoco lo hicieron los asentamientos de San Luis y San Juan de la histórica Universidad Nacional de Cuyo cuando se transformaron en las respectivas Universidades Nacionales de San Luis y San Juan. El hecho de que la ciudad de Buenos Aires y los partidos del primer cordón del conurbano bonaerense constituyan una región (área metropolitana) ello no debe implicar la sola existencia de la UBA. Aunque sectores de esa casa de estudios se opusieran a la creación de las universidades nacionales de Quilmes, San Martín, La Matanza, Tres de Febrero y Lanús, éstas han dado respuestas concretas a las realidades particulares de cada territorio y demostraron ser muy innovadoras. En varias áreas ya se destacan entre las mejores del país (ingeniería de materiales, biotecnología).

Un proyecto universitario para Río Negro puede presentar diversas alternativas institucionales. La creación de una Universidad Nacional que cubra todo el espacio geográfico provincial, como ocurre en la mayoría de las provincias argentinas que cuentan con una Universidad Nacional que lleva el nombre de la provincia (Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Formosa, Misiones, La Pampa, etc.). O el mantenimiento de la actual UNC acotada a la región del alto valle de Río Negro y Neuquén, específicamente al Comahue siguiendo estrictamente los orígenes históricos del vocablo claramente asociado a la confluencias de los ríos Limay y Neuquén y, (1) la creación de una nueva Universidad Nacional con eje en Bariloche que abarque la región andina e incluya a Jacobacci como principal ciudad de la línea sur y (2) la creación de otra Universidad Nacional en la región atlántica con cabecera en nuestra ciudad capital de Viedma y cobertura directa desde Carmen de Patagones hasta Sierra Grande, que también mejoraría las oportunidades educativas en el Valle Medio. Estas propuestas de nuevas universidades nacionales tienen mayor justificación que las creadas en el año 2002 en Chilecito (La Rioja) y Junín (Buenos Aires).

Hay suficiente evidencia empírica y estudios académicos en el mundo que han demostrado la inviabilidad de las universidades con pretenciosos y nunca bien cumplidos objetivos de dar respuesta satisfactoria a territorios tan distantes y diversos como los rionegrinos. Las mejores experiencias internacionales han sido instituciones universitarias de tamaño medio para territorios acotados y no mega universidades para territorios amplios. Es en este contexto en que hay que encuadrar las ideas y propuestas de los rionegrinos que promovemos con fundamentos la construcción de un Proyecto Universitario para un Proyecto Rionegrino, en el marco de la región patagónica y la Nación. Los rionegrinos nos debemos este debate, sin preconceptos, con mucha altura, información rigurosa no fragmentada. Pero, por sobre todo, con mucho respeto.

 

(*) Legisladora rionegrina.


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