Néstor Garníca, el violín que se adueñó de la noche de Cosquín
La peña
Datos
- Si las noches tienen dueño, entonces ese dueño fue el violín de Néstor Garnica. Del Cosquín de este año está entre lo mejor que uno pudiera imaginar. Es que ese violín cargado de magia en las manos de Garnica suena diferente a todos y es capaz de adueñarse del cielo y las estrellas.
- La segunda luna de este Cosquín fue para mí una de las mejores, con un Garnica de entrega total, con Horacio Banegas y sus composiciones exquisitas y la Bruja Salguero capaz de mover cielo y tierra con su canto.
- Cosquín fue sin dudas mucho más, pero bien podríamos decir que el inicio fue realmente bueno, lleno de magia y buena música.
- La presentación de Opus Cuatro merece un párrafo aparte. Fue sin dudas magnífica y sin fisuras, con claras muestras de todo aceitado, de todo trabajado como lo hicieron siempre. Eso sí, es otro Opus Cuatro, suena diferente desde que Alberto Hassan dejó el grupo. Alberto es un irreemplazable y por lo tanto, como no hay dos como él, cualquiera que viniera, por más excelente que fuera, sonaría distinto.
- Sólo por eso digo que es un nuevo Opus Cuatro, donde se mezclan generaciones y como ellos mismos definen hay dos mayores, un intermedio y uno más joven. Esto es el Opus Cuatro de ahora, de vocalización excelente, pero distinto al que nos tenían acostumbrados. Vale la pena escucharlos, porque también en ellos está la magia.
- La presentación del nuevo trabajo de Mario Álvarez Quiroga, en homenaje a Horacio Guarany, fue decididamente brillante. Fiel a su estilo, en el escenario fue capaz de mover emociones, de generar ese ida y vuelta con el público que lo sigue a todos lados.
- Abel Pintos fue el de siempre, con una entrega fenomenal que le permite mostrar con lujo de detalles todo lo que es capaz de hacer por la gente, por la música.
- Cosquín dio para mucho más, pero al menos en las noches más destacadas tuvo exponentes de lujo.
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