Independiente aguantó sin problemas en Brasil y se metió en los cuartos de final de la Libertadores

Aunque no hubo goles en los casi 170 minutos que se jugaron, el fallo de la Conmebol por la mala inclusión de Carlos Sánchez en la ida, determinó el pase a cuartos de Independiente. Los incidentes provocados por hinchas de Santos, enfurecidos por la medida, hicieron que el árbitro Julio Bascuñán suspendiera el partido a poco del final.

El partido arrancó movido, con el Rojo buscando el gol de visitante para sentenciar la serie y los locales en búsqueda de una remontada épica.

En los primeros minutos, un par de muy buenas atajadas de Martín Campaña mantuvieron el cero. El esquema que propuso Holan logró desactivar el juego por las bandas que propuso Santos. El dibujo táctico con cinco defensores colocó a Fabricio Bustos y Gastón Silva bien abiertos y a Nicolás Figal, Emanuel Brítez y Alan Franco cerrados.

Los brasileros tuvieron la posesión pero en cada intento se toparon con la defensa del Diablo, que esperó para salir de contra.

De esa manera, con una rápida acción colectiva, llegó el claro penal del “1” local Vanderlei a Pablo Hernández . El arquero se redimió y le atajó la ejecución a Meza, que desperdició la chance de liquidar la eliminatoria en el primer tiempo.

En el comienzo del complemento se mantuvo la tendencia de dominio para Santos que pagó caro su ineficacia en reiteradas ocasiones. Antes de la suspensión, los de Avellaneda se aprovecharon del nerviosismo y la desesperación de su rival, y también crearon peligro. Vanderlei volvió a lucirse con un par de brillantes intervenciones a los dos Silva, primero al chileno (Francisco) con un remate de afuera y luego al uruguayo (Gastón) en un tiro libre. A 20’ del final Hernández, de gran partido, pegó un tiro en el travesaño.

Una serie marcada por la paridad dentro de la cancha, finalmente se definió por un insólito error administrativo. Ahora Independiente espera por River o Racing en cuartos de final, instancia a la que no accedía desde la edición de 1990.

La impenetrable valla de Independiente