Postales de una fiesta que no dejó a nadie afuera

Seis noches de música y danzas y cientos de stands en el gran festejo de Roca. Calculan que 500.000 personas fueron al predio. Hubo de todo y para todos los gustos. Ver especial Fiesta de la Manzana.

ROCA (AR).- Fueron seis noches bien agitadas. Y bien populares. De hecho, los organizadores calculan que entre el jueves y el martes pasaron por el predio de La Manzana unas 500.000 personas. Y hubo de todo: el humo pegajoso de los choripanes, los stands que mostraron producción, novedades y baratijas, un parque de diversiones que sorprendió por los precios, un escenario que deslumbró cada una de las noches, una organización que no falló casi nunca, un acceso al campo que resultó chico para tanta gente, las interminables colas de siempre para comer o beber, y lo mejor: artistas que confirmaron eso de por qué la fiesta es considerada la más multitarget del interior del país. Desde el rock barrial de Kapanga, al pop glamouroso de Miranda, la nostalgia ochentosa de Valeria Lynch y Cacho Castaña, la calidad de Mercedes Sosa y Mariano Mores, el carisma del Chaqueño Palavecino y un cierre con la misma premisa: Chayanne, posiblemente el latino con más llegada a todas las generaciones. Porque de eso hubo mucho: abuelas que se animaron a saltar con Lolo y compañía y adolescentes que cantaron bien alto, a la par de Valeria Lynch. El martes a la noche, todos se juntaron en el mismo predio.

Y justamente la del cierre sí que fue una noche inolvidable. Ese puede ser el resumen que más se ajusta a la realidad de lo que sucedió en la madrugada del miércoles, cuando Chayanne finalizó el espectáculo y con una luna llena como testigo, se fueron perdiendo en medio de los fuegos artificiales, los últimos instantes de la XXXVI edición de la Fiesta de la Manzana.

Pocas veces -en los últimos años- se pudo ver semejante concurrencia de público que según las primeras estimaciones de la policía, superaba las 120.000. Algo exagerada parecieron las estimaciones de los funcionarios de la comuna, que calcularon que la cifra había llegado a los 180.000 asistentes.

Pero más allá de los números, esta edición seguramente quedará en la memoria de miles de valletanos que llegaron al predio de la Ruta 22. El despliegue de iluminación y sonido, sumado a la coreografía de los bailarines y al poder de seducción del cantante con su público (principalmente el femenino), redondearon una noche espectacular. El boricua hasta se animó a pedir perdón por el faltazo del domingo, que desilusionó a miles de fanáticas del país que habían llegado esperanzadas para ver a su ídolo.

El cierre imperdible. Los fuegos artificiales mantuvieron a miles de personas paradas en el predio, observando un espectáculo que por más de 15 minutos mantuvo el cielo iluminado (además de la luna llena), que cerraron una noche histórica.


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