PARA LEER EN LA JUVENTUD

Actualizarse es básico para el maestro.

ACTITUD CRÍTICA

El maestro de esgrima Autor: Arturo Pérez Reverte Publicada en 1988. Recrea la época de Isabel II, en plenas maniobras políticas alrededor de 1868: “la estocada de los 200 ducados”, aludiendo al elevado costo que hay que pagar por averiguar ese toque secreto cambiará la vida del maestro, ya cincuentón. Un dulce olor a muerte Autor: Guillermo Arriaga Novela mexicana del guionista de “Babel” nos presenta a un joven, Ramón, ingenuo y soñador quien por encontrarse en el lugar justo y en el momento equivocado su vida dará un vuelco inesperado Chaves Autor: Eduardo Mallea Es una de las mejores novelas de este autor. Y el personaje que le da el nombre es raro, oscuro y ha decidido no hablar. Observador y analítico, tiene sus férreas razones para no hacerlo. El país bajo mi piel Autora: Gioconda Belli Es la memoria como testimonio de una época clave de la historia latinoamericana en la que la autora perfila su retrato y reflexiona sobre los ideales y la pasión. Papeles al viento Autor: Eduardo Sacheri La historia que se cuenta privilegia la amistad, el amor y el humor. Los tres sentimientos ofrecen resistencia a la melancolía. Emaús Autor: Alexandro Baricco En el norte de Italia, cuatro adolescentes de clase media, profundamente católicos, encontrarán que otra persona, una mujer, hará trastabillar sus certezas. El tiempo envejece de prisa Autor: Antonio Tabucci El arrastre a universos paralelos se reitera en esta novela que muestran las paradojas de la vida humana. Nacha Regules Autor: Manuel Gálvez Novela de 1919 que refleja “la mala vida en Buenos Aires. La triste existencia de Nacha se vincula con una tesis del momento: la trata de blancas. Cuestiones interiores Autor: Mempo Giardinelli Es lo que literariamente se conoce como “nouvelle” en la que se deja de manifiesto que los crímenes más arbitrarios tienen razones oscuras y poderosas para llevarlos a cabo. En los libros de textos encontramos los contenidos de la escolarización de nuestras sociedades. En ellos, sin dudas, los docentes delegan la responsabilidad de pensar qué deben enseñar y aprender sus alumnos. La consecuente pregunta latente es quién controla a quién. Pero está instituido y las voces que se esgrimen dicen “son los padres los que los exigen” o bien “no sé por qué piden libros si nunca los terminan”. Lo cierto y lo real es que ante una práctica sostenida, generalmente, lo que cada libro de texto transmite tiene un innegable vínculo con los intereses y con las ideologías de los grupos sociales que ostentan una hegemonía nada aséptica de la cultura humana que omite, oculta y devalúa. En todo caso, los libros de texto serán un proyecto de acción, un instrumento de observación y análisis y una herramienta de reflexión y de volver a mirar la propia práctica si consideramos, a la hora de elegirnos, diez puntos fundamentales: 1. ¿Se enuncian con claridad las ideas de sus autores y autoras sobre la lengua y la literatura y sobre su enseñanza? 2. ¿Alude al tipo de profesionalidad docente que propugna? 3. ¿Se alude y justifica la estructura de cada unidad didáctica, tema o lección? 4. ¿Están enunciados los objetivos didácticos de una manera accesible para el alumnado al comienzo de cada secuencia didáctica, tema o lección? 5. La selección de los contenidos, ¿tiene como eje el conocimiento formal de la lengua y el acercamiento a la literatura? 6. En cuanto a los tipos de contenidos, ¿invitan a un tratamiento interdisciplinario de los temas? 7. En la selección y en la secuencia de contenidos, ¿se organizan los contenidos donde no solo figure lo habitual sino también los usos complejos y la reflexión sobre ambos? 8. En cuanto a las actividades, ¿exploran las expectativas, las ideas y los conocimientos previos; así como el anclaje y la profundización que permita una síntesis final para verificar qué aprendieron? 9. ¿Se busca el mayor equilibrio posible entre el aprendizaje autónomo y el aprendizaje cooperativo en el aula? 10. En cuanto a la evaluación, ¿se indican con claridad los criterios de evaluación de cada secuencia didáctica? Finalmente, estos diez puntos son orientadores para que quien realmente lo necesita al libro de texto pueda realizar un análisis crítico de ellos. El resto será el conocimiento y la creatividad lo que dará vuelo a la experiencia de leer.


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