Preocupación por occidentales secuestrados en Irak

En otro episodio de violencia, un contratista egipcio fue hallado muerto al día siguiente de su secuestro a punta de pistola, en Irak, lo cual aumenta el riesgo que corren otros rehenes, allí.

BAGDAD/ TIKRIT (DPA).- En vista de la finalización del ultimátum dado por los secuestradores de cuatro rehenes occidentales en Irak, sus familiares y amigos en Europa y Norteamérica temen por la vida de los cooperantes.

En Gran Bretaña, y según las informaciones de la cadena BBC, se rezó por la vida de Norman Kember, de 74 años.

También en Canadá se temía por la vida de James Loney, de 41 años, y Harmeet Singh Sooden, de 32. El otro secuestrado es el estadounidense Tom Fox, de 54 años.

Entretanto, la policía de la ciudad de Tikrit, en el norte de Irak, halló hoy el cadáver de un egipcio que había sido secuestrado el viernes en el país del Golfo Pérsico.

El muerto tenía los ojos vendados y las manos atadas y presentaba varios agujeros de bala en el cuerpo, dijo una fuente policial en Tikrit.

El viernes, tres hombres habían entrado en la casa del egipcio Ibrahim al Sayyid al Hilali en la ciudad de Bedyi y secuestraron al hombre, que llevaba viviendo en Irak una década.

Al parecer, trabajaba para el Ejército estadounidense. Los secuestradores de los pacifistas occidentales -un grupo que se denomina «Sable de las Brigadas para la instauración de la justicia», amenazaron con matar a los cuatro si no se libera a todos los presos de Irak.

Numerosas organizaciones musulmanas han pedido la puesta en libertad de los cuatro miembros de la organización Christian Peacemaker Temas, así como radicales islamitas como Abu Qatada, en una prisión británica.

Sobre el destino de los pacifistas no había ayer informaciones, así como tampoco sobre el de la arqueóloga alemana Susanne Osthoff, de 453 años, también secuestrada en Irak.

 

«Así se tortura»

Mientras tanto, un ex comandante de las tropas especiales del Ministerio del Interior iraquí aseguró que en las prisiones secretas en Irak se tortura.

El general Muntadhar al Samari, que desertó hace pocos días, dijo a la radio francesa «France Inter» que él mismo vio cómo el presunto líder partisano Nadyim el Taji recibió descargas eléctrica en una de esas prisiones.

«Al final le clavaron clavos en el cuerpo», indicó, y señaló que podría citar decenas de casos con nombres y detalles.

La prisión secreta en Bagdad cerrada por las tropas estadounidenses era sólo una de diez, dijo el general. En la capital hay otras «junto a la plaza Al Nossur, justo al lado de la Torre de Bagdad» y cerca de un canal, aseguró.

Según indicó Al Samari, informó a sus superiores de las torturas, pero no recibió respuesta alguna y entonces desertó.

Entretanto, las tropas estadounidenses y británicas liberaron a 241 prisioneros de los dos centros de detención más importantes del país, el de Abu Ghoreib, cerca de Bagdad, y el de Camp Bucca, al sur de Basora.

El Ministerio del Interior iraquí informó de que los liberados están entre aquellos a los que se les ha considerado no culpables. Por otra parte, cuatro soldados norteamericanos murieron en incidentes separados en Bagdad, informaron fuentes militares estadounidenses. Un atentado suicida cerca de Abu Ghoreib se había cobrado ya el viernes la vida de un soldado estadounidense.


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