Preocupante tensión entre Sucre y La Paz

La «guerra» entre La Paz y Sucre por la capital boliviana se libra, por ahora, en los muros y las calles de ambas ciudades, con consignas y «cabildos populares». «¡La sede no se mueve!», exclaman los paceños. «¡Sucre, capital plena!», responden los sucrenses en una confrontación que polariza cada vez más a los bolivianos.

La propuesta de los opositores de Evo Morales para trasladar la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo de La Paz a la capital, Sucre, no sólo ha reabierto las viejas heridas de la llamada Guerra Federal de 1899 entre ambas ciudades bolivianas, sino que ha puesto en jaque al primer indígena que ha llegado al gobierno en un país sudamericano.

La gestión de representantes de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando y un sector de «Podemos», agrupación opositora que lidera el ex presidente Jorge Quiroga, ha convertido el tema de la sede de los poderes del Estado en una carta de negociación clave en la Asamblea Constituyente que sesiona desde hace once meses en Sucre.

Estas ciudades se disputan la sede del Ejecutivo y Legislativo, situación que deberá ser dilucidada por la Asamblea Constituyente que deliberará en Sucre hasta el próximo 14 de diciembre. A pesar de ser la capital histórica y oficial de Bolivia, Sucre alberga sólo a uno de los tres poderes del Estado, el Judicial.

Según Macario Tola, asambleísta por La Paz, su ciudad es víctima de una «conjura» de la oposición, que intenta introducir el tema de la capital en la agenda de la autonomía departamental, que impulsan cuatro de los nueve departamentos bolivianos amparados en los resultados del referéndum nacional del 2 de julio del 2006.

Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, ubicados en la llamada «media luna» del oriente boliviano, votaron en favor de la autonomía de sus departamentos, mientras que La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y Oruro lo hicieron en contra, siguiendo la consigna del gobierno de Evo Morales que ve en las autonomías un peligro para la unidad nacional.

Según Macario Tola, a fines de febrero pasado los representantes de Santa Cruz insistieron en la presencia de sus colegas de Chuquisaca, departamento al que pertenece Sucre, en la Comisión de Autonomía de la Asamblea Constituyente.

«Fue entonces que se configuró la conjura contra La Paz al cruzar la agenda (autonomía departamental por capitalidad)», declaró Tola, ya que posteriormente la Asamblea aceptó la propuesta de los dirigentes de los cuatro departamentos opositores para introducir un informe por minoría sobre la capitalidad plena para Sucre, lo que terminó bloqueando la Constituyente.

Para frenar una arremetida de Sucre, La Paz convocó la semana pasada a un «cabildo popular» en la ciudad vecina de El Alto, donde ratificó su defensa de la sede de gobierno conseguida en 1899 tras la llamada «Guerra Federal», que enfrentó a pobladores de ambas ciudades en pleno altiplano boliviano.

Después de esa guerra civil, La Paz se quedó con la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, mientras que Sucre retuvo la del Poder Judicial.

«Desde la creación de Bolivia, el 6 de agosto de 1825, no se definió el lugar de la capital del nuevo país, lo que lleva a suponer que hubo ya una rivalidad importante entre La Paz y Sucre por la hegemonía. De hecho, la ley del 11 de agosto de 1825 planteó que la capital de la República se denominará Sucre, pero no mencionaba qué ciudad sería», recordó la historiadora Rossana Barragán en declaraciones al diario «La Prensa».

Recién en 1839 se aprobó que Chuquisaca se convirtiera en la Capital de la República con el nombre de Sucre, porque durante la colonia española fue sede de la Real Audiencia de Charcas y del Arzobispado de La Plata.

La sangrienta Guerra Federal, que tuvo lugar entre enero y abril de 1899, enfrentó por la sede del gobierno a conservadores que defendían a Sucre y liberales, partidarios de la ciudad de La Paz. El conflicto se saldó con la victoria de los paceños, que contaron con la ayuda de miles de indígenas del altiplano comandados por su líder, Pablo Zárate Willka, conocido como el «El temible Willka», a quien se le atribuye la matanza de cientos de soldados chuquisaqueños.

Silvia Lazarte, presidenta de la actual Asamblea Constituyente, anticipó que la Comisión de Concertación tomará a su cargo el tema de la capitalidad plena que demanda Sucre.

«A mí me interesa que no haya sangre ni masacre por el tema de la capitalidad, ni que se perjudique a la Asamblea Constituyente. Por eso estoy preocupada con el pedido del traslado de la sede de los poderes», agregó.

Un «cabildo» de dos millones de personas, según los organizadores, reunido en la planicie de El Alto, salió el viernes 20 de julio en defensa de La Paz como sede de gobierno y de la «unidad de Bolivia».

El Alto fue elegido como sitio de la concentración popular porque sus habitantes son considerados los más «aguerridos» del departamento de La Paz, como demostraron con sus movilizaciones de octubre del 2003 hasta conseguir la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, que dejó 67 muertos y unos 400 heridos.

El «cabildo», en una proclama leída por el asambleísta Macario Tola, dio plazo a la Asamblea Constituyente hasta el 6 de agosto próximo, para que rechace el pedido de traslado de la sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo a Sucre.

Asimismo, determinó que si La Paz no es ratificada como sede de gobierno, se realizará una huelga indefinida junto con otras medidas de presión.

Pero Sucre no se quedó con los brazos cruzados. Sus autoridades y habitantes, con apoyo de la Iglesia Católica, como no ocurrió con la movilización de El Alto, organizaron cinco días después una marcha para exigir el traslado de la sede que hace 108 años está en La Paz.

«La centenaria aspiración de nuestro pueblo ya es parte del debate constituyente, más aún cuando la Asamblea reconoce que no hay figura legal para eliminar nuestra propuesta como lo pide el presidente Evo Morales», dijo el concejal Fidel Herrera, uno de los promotores de la «Capitalidad plena».

Las paredes de la ciudad blanca de Bolivia amanecieron en los últimos días pintadas de frases como: «La Paz, capital siempre», «La sede sí se mueve» o «Sucre capital plena, por constituyente o referéndum».

Los asambleístas del departamento de Chuquisaca lograron que el tema de «Capitalidad plena» ingrese a cinco comisiones (uno por mayoría y cuatro por minoría) y en dos subcomisiones de la Asamblea Constituyente.

«En caso de que no se apruebe nuestro pedido por dos tercios, este caso deberá resolverse en un referéndum nacional; cosa que no quiere La Paz por nada», dijo John Cava, dirigente cívico de Sucre.

Con 2,7 millones de habitantes, el departamento de La Paz es el más poblado de Bolivia, mientras que Chuquisaca, cuya capital es Sucre, tiene 620.000 habitantes, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

«La Paz debería seguir liderando la unidad, la integración de nuestro país y ninguna confrontación», dijo el presidente Evo Morales días previos al cabildo popular a los habitantes de La Paz y El Alto bajo el lema de «La sede no se mueve».

 

MARIO ROQUE CAYOJA

DPA


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